Tras el fallecimiento de su marido, Daiana Sorrequieta, vecina de Berisso, hizo pública la denuncia dirigida el Hospital Larraín, manifestando su disconformidad con la institución y con algunos profesionales y empleados que allí trabajan.
Al respecto, comentó que el pasado 19 de febrero, llevó a su pareja al nosocomio debido a que presentaba un fuerte dolor abdominal, de cabeza, y vómitos. Pero al llegar a las instalaciones “Sergio Suárez, quien estaba a cargo de la seguridad no me dejó pasar y me mandó a hisoparlo".
Acto seguido, “uno de los médicos me dijo que pase por la guardia para que lo vea un clínico, pero la chica de SAMO, Magalí Santini, no me tomó los datos porque era sospechoso de Covid”, relató.
En aquel momento, “y para no hacer lío”, decidieron regresar a su vivienda, a la espera de los resultados.
“En esos cinco días él se deshidrata por los vómitos, además no toleraba la comida. Por eso volví para pedir una punción lumbar y una tomografía, pero la doctora Karina González me dijo que no era necesario, porque lo iban a estabilizar estando internado”, añadió Daiana.
Después de un mes de ir y venir, el 14 de marzo, mencionó que lo atendió el doctor Albarracín, quien “en vez de hacer una tomografía le puso un suero con dipirona para el dolor y me lo mandó a mi casa, pero resulta ser que estaba haciendo una hidrocefalia y ellos nunca lo supieron ya que no hicieron estudios correspondientes”.
Por estos motivos, solicitó el traslado al Hospital de Gonnet donde le hicieron estudios por sospechas de tuberculosis e hidrocefalia, “algo que en Berisso nunca diagnosticaron, porque no hicieron nada”.
Su esposo falleció, y ahora su familia pide justicia para que no vuelva a suceder lo mismo.
Por eso, el próximo lunes 3 de mayo a las 10 horas convocan a una manifestación que iniciará en el Parque Cívico y finalizará en el Hospital, “para que los médicos valoren la medicina y la vida que prometieron salvar bajo juramento”.