Por Maxi Pérez (@perezmaxi), corresponsal de NOVA en Casa de Gobierno y Legislatura
A principios de febrero la mesa chica nacional del macrismo que encabeza Marcos Peña intentó desarticular cualquier intento de plantar a María Eugenia Vidal como candidata presidencial, ratificando que Mauricio Macri competirá por la reelección más allá del pedido de algunos gobernadores e intendentes que prefieren ver a la mandataria bonaerense en sus boletas.
El mensaje en ese momento pretendió ser contundente e incluso la propia gobernadora salió a remarcar que el único candidato de su espacio era el actual presidente, sin embargo, ni siquiera en esa oportunidad Vidal confirmó que ella misma iría por la reelección, dejando la puerta abierta para un destino nacional.
Más tarde la mandataria afirmó que no iba a usar a la provincia como trampolín para su propia carrera política, en lo que fue interpretado como un nuevo mensaje tranquilizador hacia los armadores nacionales de su espacio, sin embargo, tampoco en ese momento dio demasiadas precisiones sobre su destino.
Por eso no sorprendió que esta semana y en la previa del encuentro que mantuvieron la gobernadora y el presidente junto a los 69 intendentes oficialistas de la provincia de Buenos Aires, se volviera a rumorear que podría haber novedades sobre el "Plan V", que aunque lo nieguen, motorizan los jefes comunales y los aspirantes del conurbano para evitar el arrastre negativo de la figura presidencial.
Si bien la versión quedó nuevamente planchada por los dirigentes de Casa Rosada, desde el entorno de Vidal se encargaron de dejar en claro que, gracias a la decisión del ejecutivo bonaerense de no desdoblar las elecciones, hay tiempo hasta el mes de junio para definir el o los candidatos de Cambiemos tanto a nivel nacional como provincial.
Por eso la permanente ratificación de Macri como "única" opción empieza a poner nerviosos a algunos dirigentes, sobre todo del radicalismo que vuelven a tener la sensación de que la van a "ver pasar" esta año, fundamentalmente debido a la disputa entre las figuras del PRO en Nación y Provincia.
Entre los que bregan por la reelección de Macri la preocupación tiene que ver con que tanta ratificación, casi cotidiana de la candidatura del primer mandatario, termine finalmente desgastando su figura y entonces irrumpa casi naturalmente Vidal, sin dudas la mejor posicionada para encarar una presidencial frente a cualquier candidato de la oposición.
Acuerdo y ¿renunciamiento?
Dos hechos marcaron los tiempos de la oposición durante esta semana, por un lado el video de Cristina Fernández de Kirchner, criticando a la justicia y dando a conocer la enfermedad de su hija, y por el otro una entrevista televisiva a Sergio Massa en la que el líder renovador no le cerró las puertas a un posible acuerdo con la ex presidenta siempre en el marco de una acuerdo programático para derrotar a Macri y cambiar su política económica.
Además, el viaje de Cristina a Cuba para visitar a su hija Florencia Kirchner que se encuentra en tratamiento médico por una linfedema, abrió especulaciones sobre la posibilidad de una “renunciamiento” en pos de la unidad del peronismo, que además tendría en este caso el componente emocional que representa ceder el lugar para dedicarse al cuidado de un ser querido.
Claro que ni la senadora nacional ni nadie de su entorno deslizaron esta hipótesis y solo forma parte de los análisis de algunos especialistas en materia política, pero lo cierto es que como nunca antes otros referentes de la oposición en la provincia aplacaron sus críticas con la gestión anterior.
Las encuestas indican que si el panperonismo alcanza un acuerdo automáticamente se terminaría la discusión sobre la sucesión presidencial sobre todo si CFK no es de la partida y los diferentes sectores logran instalar a un candidato de consenso como podría ser Roberto Lavagna.
Pero además, si finalmente a nivel nacional Cambiemos lleva a Vidal como candidata, la provincia le quedaría servida en bandeja al peronismo, ya que el oficialismo no tiene otro candidato fuerte para contener a los votantes de la gobernadora y es poco probable que el efecto arrastre sea tan efectivo en una boleta presidencial como el que hubiera tenido en caso de adelantar las elecciones.
Resta saber si un eventual paso al costado de Cristina tiene como condición dejar a la provincia en manos de alguno de sus hombres de confianza, que en este caso claramente sería su exministro Axel Kicillof.