En el marco del conflicto entre el Sindicato Municipal y el Ejecutivo, surgió el rumor y la preocupación por el “apriete” -persecución y presión- de una funcionaria a los trabajadores y trabajadoras.
Se trataría concretamente de la directora de Cultura, de quien se habría conocido un modus operandi de vigilancia e intimidación.
En el momento en que se profundizó la medida de fuerza y se concretó el paro, la funcionaria comunal argumentando “cuestiones de organización” habría intimado a los empleados del área a pronunciarse a favor de la medida o no.
De manera “individual” y “por privado”, haciendo uso de su función de autoridad, la directora hizo llegar a cada empleado la solicitud.
El inconveniente radica -más allá de apuntar con nombre y apellido y someter a cada trabajador y trabajadora a un careo con su jerárquico- en que quienes cumplen rol de delegados en la dependencia ya habían notificado la decisión de cada compañero y compañera. “La directora ya estaba notificada”, es la información por parte de los delegados.
La preocupación no tardó en llegar entre los trabajadores. Hay que remarcar que la funcionaria responde y conforma un gobierno peronista, y que los derechos de los trabajadores -incluyendo el derecho a huelga- fue promulgado y sostenido por esas estructuras ideológicas.
¿Hoy algunos que se dicen peronistas persiguen trabajadores? “Es la misma maestra que le hacía paro a Jorge Nedela y a María Eugenia Vidal, ¿no sabe cómo se manejan los trabajadores que se adhieren?”, es el run run en medio de un conflicto sin precedentes.