La ONG Don Bosco cumplió 21 años de vida en la ciudad de Berisso y su responsable, Ana Pedrosa, dialogó con BerissoCiudad para dar a conocer el trabajo que realizaron y que continúan llevando adelante con el correr de los años.

El sueño comenzó en la Escuela 19, que prestaba sus instalaciones en horario nocturno. “Empezamos con un grupo de chicos que el barrio estigmatizaba, en una esquina. Pensamos y hablamos con los chicos respecto a qué les interesaba hacer, un taller por ejemplo. Empezamos con unos cursos de cocina en las aulas de la escuela”, recordó.

Luego, aumentó el número de jóvenes que asistían al curso y debieron trasladarse, comenzaron a funcionar en el SUM de la Unidad Sanitaria 43. “Eran tantos los chicos que siguieron viniendo y tantas las actividades que nos tuvimos que ir. Una señora comentaba que en el barrio se alquilaba una casita y fuimos a verla, después de años en el 2003 alquilamos la casita en 11 y 149 norte”, expuso, sobre el lugar en que hasta hoy permanecen.

Con el correr de los años, continúan alquilando la casa, pero con el sueño de algún día poder comprarla. “La señora tiene ganas de venderla, pero nunca se nos da, no podemos juntar para poder comprársela. Pero tenemos el sueño de comprarla, esa es la esquina de los pibes, el lugar de pertenencia de los chicos”, indicó Pedrosa remarcando la buena predisposición de la dueña para vendérsela, dado que es una señora mayor que se mudó a Campana y sólo busca un lugar donde vivir y que la casita pueda ser de Don Bosco.

Cabe destacar que la ONG es el único centro de día de puertas abiertas y trabaja de lunes a lunes con numerosas actividades de carácter gratuito y sin costo de materiales, como curso de peluquería, repostería, panadería chocolatería, guitarra, dibujo, teatro, fotografía, música, manualidades, canto y actividades de recreación y de prevención.

Los sábados son días de intensa actividad en la casita, ya que comienzan con talleres de dibujo, luego teatro y una merienda recreativa. Generalmente por día pasan alrededor de 60 chicos, entre las distintas actividades, siendo los sábados un caudal de chicos muy superior.

“Todos los días que pasas ves chicos nuevos, van las chicas con sus hijos y van los que hace mucho que empezaron y se siguen acercando y muchos se quedaron a ayudar”, manifestó Ana, la precursora de este espacio de formación y de contención para adolescentes y niños.

Del mismo modo expuso sus sensaciones: “me siento plena y feliz, la gente que está ahí también. Vemos tanto tiempo de trabajo, vemos chicos que empezaron con un cursito de cocina y hoy tienen a cargo restoranes, chicos que empezaron a ayudar y hoy son trabajadores sociales, chicas que venían a talleres de Derecho hoy son abogadas y están en la casita. Chicos que siguen ahí y coordinan”.

“Yo ahora que la estoy pasando un poquito mal vienen los chicos, están conmigo. Sinceramente ellos hoy me contienen a mí, me dan mucho cariño”, confesó.

Luego reflexionó: “hay mucha gente que pasó, que estuvo al lado mío. Uno solito no puede hacer nada” y “mucha gente le puso el alma al Don Bosco”.

Como en todo espacio de trabajo y contención, el Don Bosco necesita de la ayuda y la colaboración de todos, ya que están arreglando la casita permanentemente y requieren de la compra de materiales, también necesitan estufas y demás. Además de elementos para la merienda de los sábados.

“Nosotros no queremos que haya los comedores ni copas de leche, pero en este momento hay que hacer algo porque sinceramente hoy los pibes nuestros tienen hambre de verdad”, alertó.

Para cerrar, Pedrosa indicó que la ONG Don Bosco es un centro apolítico, abierto a todos, destacó también que quien les dio una mano fue el concejal Fabián Cagliardi pero “esperamos a todos, que todos se puedan acercar. Don Bosco necesita. Hoy tengo una chica con una beba de dos años que vivían en la calle, la buscaron por internet, no tenía dónde dormir y está acá”.

“En Berisso hace falta un refugio, porque es verdad que hay gente durmiendo en la calle” dijo Ana y agregó que están buscando un trabajo para la joven que vive en su casa y apeló a la solidaridad de la gente para conseguirlo.