En el marco de la emergencia alimentaria, donde cientos de familias están sujetas a la situación de vulnerabilidad, quienes pertenecen al grupo de los celíacos mostraron una gran preocupación a la hora de comprar y obtener la mercadería necesaria para sobrellevar su condición.

“Generalmente la vida del celíaco es muy cara. Y con lo que sucede ahora basta con imaginarse la cantidad de gente que está pidiendo ayuda para comprar lo básico, o normal, que es barato”, relató Mariana, vecina de nuestra ciudad, quien no recibe ninguna ayuda de parte del Gobierno.

“Si bien en Berisso se repartieron tarjetas para los alimentos, sólo otorgan unos 400 pesos, algo que a un celíaco sólo le alcanza para conseguir un paquete o dos de harina y no mucho más, porque la pre mezcla sale 200 pesos el kilo”, graficó, para luego recalcar que “a eso hay que sumarle el resto de los alimentos para elaborar la comida”.

Sumado a ello, Mariana cuestionó el accionar de los agentes estatales, que “dan muchas vueltas para otorgar un beneficio, cuando quienes padecemos esta enfermedad no tenemos ganas de embromar con el asunto”.

“Antes nos daban la caja KAPAC, algo que de volver sería una gran ayuda para nosotros. Porque hay que entender que de consumir un mínimo de harina o producto que no corresponda, según el grado de celiaquía, hay personas que pueden agravar el cuadro aún más”, prosiguió.

Por eso, mencionó que sería muy importante que los funcionarios se sienten y revalúen la posibilidad de gestionar alimentos exclusivos para celíacos y así evitar colaborar, “sobre todo con aquellos que no tenemos ningún otro beneficio”.