En la época colonial las tierras que hoy constituyen el partido de Berisso formaban parte del “pago de la Magdalena”. El territorio de dicho “pago” abarcaba el “valle de Santa Ana”, “el valle de Santiago”, “la isla del Gato” y “la otra banda del Riachuelo”, mencionadas en el reparto de suerte de estancias que Garay realizara en el año 1580.
Más tarde, sucesivas subdivisiones de Magdalena dieron lugar a los partidos de Quilmes y Ensenada. Y con el tiempo las tierras de Berisso quedaron involucradas en el partido de Ensenada.
Aparece en la escena un infatigable visionario, don Juan Bautista Berisso, nacido en Lavagna (Génova), cuyo capital más importante fue su férrea tenacidad y ansias de superación. A los 15 años se traslada a Buenos Aires y luego de abonar el pasaje le queda como único capital una moneda de plata española. Su primer trabajo fue en una chanchería y a los 20 años abre su propia carnicería en la calle Defensa, en la cual quintuplicó sus ganancias.
Acontece luego un hecho que cambiaría su destino. Explota otra epidemia, la de fiebre amarilla, popularmente llamada “el vómito negro”, causando 13 mil muertes. Simultáneamente se dicta una ley de exoneración de impuestos a los saladeros. En razón de ello decide trasladarse y con sus cuñados Tomás Vignale y Juan Solari, compran las tierras de don Ángel Zurita, que poseían en Ensenada.
Y el 24 de junio de 1871 inicia las obras del saladero San Juan (siendo este el hito fundacional. Doy impulso a la Ordenanza N° 2247 promulgada el 11-12-98, que establece el 24 de Junio de 1871 como fecha de fundación de Berisso).
Así lo mencionan dos testigos de la época, Francisco Cestino (Apuntes de la historia de Ensenada) y Manuel Chueco (Los pioneros de la industria nacional).
Tuvo como principal colaborador a su hermano don Luis Berisso, quien en 1879 abre el saladero “San Luis”, ocupando a 2 mil trabajadores.
El agente originario de Berisso, por lo tanto, no es de índole portuario como Ensenada, ni político como La Plata, tampoco defensivo como Chascomús o religioso como Quilmes. La primitiva población de Berisso surgió en torno de un establecimiento fabril, lo que marcó su fisonomía para siempre.
El saladero ocupó más de 28 hectáreas, se elaboraba el tasajo (carne salada) y la peptona (extracto de carne). Desde 1871 a 1878 entraron a los corrales del San Juan 500 mil novillos para su abastecimiento, tal como lo señala José Hernández, en su libro “Instrucción al ganadero”.
El tasajo era envuelto en arpillera, formando las llamadas “pilas de invierno”, que se colocaban en capas con sal sobre cueros extendidos en la tierra.
El nucleamiento originario de Berisso se hace en torno a los saladero, con el primer barrio “Las 14 Provincias”, nombre en razón del origen de su gente.
Casillas de madera y zinc, 536 construcciones, 406 en esta zona y 130 en Los Talas (año 1884). Estos dos nucleamientos urbanos centro de Berisso y Los Talas se unieron siempre por esa columna vertebral que es la calle Montevideo (antes denominada “Camino a la Magdalena”), recorrida por el tren, que desde “el centro”, llegaba al almacén “El bagre flaco” (Los Talas), y dos veces por semana trasladaba pasajeros. Y en carro y a caballo, a estudiar a la única Escuela la N° 60, a cargo de su directora Josefa De la Llave.
El primer negocio fue el almacén San Juan, de don Teodoro Ballici, frente a los saladeros, y luego Massera en la portada. El reparto de pan y leche lo hacía don Lanteri y los parroquianos tomaban “la grapa” en el bar de García. En un Berisso que ya estaba iluminado a querosén en el año 1911, pudiendo verse los faroles en los puentes. Abrieron otros bares como “El Centenario”, de Ángel Pella, al mítico Sportman, de don Lázaro Bruzzone y el London.
Las panaderías “Las tres estrellas” y la “Del Pueblo”, las fondas “El Águila”, de Dellachiesa y la histórica “La Real”, los cines Victoria y Progreso de la familia Leveratto y a su lado la primera heladería “La Manicera”.
El día 14 de abril de 1913 arriba a Berisso, el primer tranvía desde La Plata, el número 25, de la empresa Tettamanti. El viaje duró 45 minutos y fue recibido por una muchedumbre de más de 2 mil personas, el costo del boleto era de 25 centavos. Así empezaba esta rica historia…
Oscar Alcoba (exconcejal de Berisso)