Por Maxi Pérez (@perezmaxi), corresponsal de NOVA en Casa de Gobierno y Legislatura
Poco duró el entusiasmo de los intendentes bonaerenses tras los anuncios de María Eugenia Vidal sobre la puesta en marcha del plan de obras públicas más importante de los últimos 50 años, que incluían mejoras viales, viales, hídricas y edilicias, abarcando a la totalidad del territorio.
El problema central es que pocas horas después de los bombos y platillos que se utilizaron para el lanzamiento de programa comenzaron los problemas y tal como lo adelantáramos semanas atrás, muchas de las obras incluidas en los anuncios no solo ya estaban comenzadas en la gestión anterior, sino que también tenían financiamiento. Es decir que había mucho de anuncio y poco de nuevas obras.
Vidal, probablemente mal asesorada, presentó como propio mas de un proyecto que ya estaba en desarrollo durante el gobierno de Daniel Scioli, a tal punto que una sola aclaración del ex intendente de Lincoln, Jorge Fernández, sobre asfalto y cloacas en su distrito, alcanzó para generar un profundo malestar en el ministerio de infraestructura que conduce Edgardo Cenzon.
Luego de eso, la apuesta se centró en los proyectos de saneamiento hidráulico, que según se informó, ocuparían 16 de los 22 mil millones de pesos que esta dispuesta a invertir la provincia durante este ejercicio.
Pero de nuevo, nubarrones se instalaron en el horizonte de la gestión de Cambiemos en la provincia. Primero porque desde la ciudad de la Plata, las asambleas de inundados exigieron precisiones sobre los trabajos proyectados y reclamaron finalizar primero las tareas de ensanchamiento de canales y reubicación de viviendas que están prácticamente paralizadas desde diciembre de 2015.
Si fuera poco, el ministro Cenzón admitió además que la inversión necesaria no está garantizada y si se tiene en cuenta que ya entramos largamente en el segundo semestre del año, difícilmente se pueda ejecutar presupuestariamente la transferencia de recursos previstas por la provincia a principios de año, sea a través de la coparticipación o de ejecución directa.
Funcionario Record
Los papelones en la gestión pública no son patrimonio de un signo político, sin embargo una marca de Cambiemos en la celeridad con que los distritos bonaerenses se renuevan en términos de equipos de gobierno, poniendo en duda, cuando no en crisis la idea del "mejor equipo" de los últimos 50 años.
Los problemas se multiplicaron en Mar del Plata, dónde el secretario de seguridad Julio Razona renunció apenas una semana después de haber asumido, en Quilmes, con la salida escandalosa del secretario de Gobierno Fernando Pérez, en La Plata con más de 20 funcionarios que dejaron la gestión desde diciembre, pero el record llegó del centro de la provincia.
Es que el director de Juventud del municipio de Olavarría, Juan Francisco Rivero, designado el martes pasado fue protagonista de un verdadero escándalo al conocerse una fotografía en la que amenaza con un arma de fuego y un cuchillo a dos personas disfrazadas deNéstor y Cristina Kirchner.
La dimensión nacional que cobró el episodio y las críticas direccionadas hacia "quienes dicen que vienen a cerrar la grieta, pero no hacen más que destilar odio", llevaron al intendenteEzequiel Galli a tomar la drástica decisión de apartar al joven de su cargo.
La salida se efectivizó el jueves, con lo cual Rivero se convirtió en un verdadero funcionario record, porque duró apenas 2 días en el cargo y ni siquiera se apartó por cuestiones personales o por una decisión propia sino que fue "echado" por el jefe comunal. Un caso que deberían tener en cuenta en los Guinnes de la política.
El peronismo silencioso
Las esperadas y esperables fusiones del pan peronismo bonaerense comenzaron a materializarse lentamente en estas últimas dos semanas. A la irrupción de grupos con nombre llamativos como “Esmeralda” y “Fénix”, le siguió la restauración de vínculos del pejotisto con los territorios y un primer avance, todavía infructuoso, de los dirigentes con aspiraciones por erigirse en los nuevos líderes del movimiento.
La novedad es que subterráneamente todos los grupos del peronismo de la provincia empiezan a buscar referenciarse en los líderes territoriales exitosos, reforzando los contactos con los intendentes, únicos ganadores de la elección pasado y probablemente los únicos que puedan garantizar el triunfo en 2017.
“Fueron Néstor y Cristina los que dejaron a los intendentes a fuera del armado de las listas y eso es lo que hay que cambiar si o si” admitió un ex intendente y actual legislador histórico del justicialismo, aunque reconoció también que “para ganar CFK tiene que estar adentro”.
El rumor fue que se pondría toda la carne en el asador para recuperar la provincia y desde allí proyectar un triunfo a nivel nacional en 2019, pero todavía nadie se anima a ponerle un nombre propio, aunque todos los flashes apuntan al jefe comunal de Lomas de ZamoraMartín Insaurralde. En las próximas semanas seguramente habrá novedades.