Por Maxi Pérez (@perezmaxi), corresponsal de NOVA en Casa de Gobierno y Legislatura
La novedad política de esta semana la habíamos adelantado algunas semanas atrás al advertir la preocupación del gobierno de María Eugenia Vidal ante el efecto “arrastre” de las boletas nacionales en la provincia, que podrían representar nubarrones en un cielo que hasta hace poco parecía despejado.
Además, la unidad del peronismo que se presenta lejana a nivel nacional, en territorio bonaerense está a la vuelta de la esquina, sobre todo ante la chance de “colgar” las boletas de los candidatos locales a dos o más listas nacionales gracias al sistema de “colectoras”.
Es cierto, Mauricio Macri firmó un decreto para prohibir que se aplique el mismo mecanismo que le permitió a Gerardo Morales llegar a la gobernación de Jujuy, por el temor a que una réplica bonaerense deje a Vidal fuera de carrera y complique sus aspiraciones reeleccionistas.
Es decir que el presidente vuelve a atar la suerte de la gobernadora a los vaivenes de la política nacional, aunque esta vez con un claro gesto a favor de la mandataria, y con el objetivo de mantener a la oposición dividida.
No había certezas de que el peronismo fuera a alcanzar un acuerdo para llevar a un candidato único, pero lo cierto es que la falta de figuras “fuertes” en Alternativa Federal abría la puerta a una especie de “renunciamiento” a favor de la unidad.
El principal riesgo del gobierno, no solo bonaerense sino también nacional, es que Sergio Massa finalmente cierre un acuerdo con Cristina Kirchner y acepte ser candidato a gobernador, porque en ese escenario ni siquiera la eliminación de las colectoras le otorga garantías al oficialismo.
Pero en definitiva la muestra más clara de que una candidatura única como la que acaba de bloquear el gobierno estaba siendo analizada, la da el anuncio del titular de PJ Fernando Gray de que concurrirá a la justicia para rechazar la medida, argumentando su anticonstitucionalidad y cuestionando que “cambia las reglas” en medio de las definiciones de los frente electorales.
“Cristina le saca 10 puntos a Macri en la provincia y eso Vidal lo sabe” disparó el intendente de Esteban Echeverría y agregó que “por eso quieren trampear la elección como sea”, por lo que recordó el intento de eliminar los telegramas de escrutinio para que la oposición no tenga registros para realizar el control de las mesas.
El pedido tiene pocas chances de prosperar, pero es un claro mensaje de que el peronismo está decidido a poner toda la carne en el asador y no va a dejar pasar ningún intento del oficialismo de poner “palos en la rueda” para su ingeniería electoral.
La opción Lavagna en la provincia llega con la ambulancia
Peronistas alejados del kirchnerismo, progresistas del GEN, radicales críticos con Cambiemos y referentes del vecinalismo estan en la mira de los armadores de Roberto Lavagna en la provincia y si bien todavía se esperan definiciones, que podrían llegar tras la elección de Córdoba, nadie se quiere quedar afuera de este potencial armado.
El problema para el ex ministro es que tampoco nadie quiere quedar completamente pegado con una opción que por ahora no ofrece garantias, ya no de triunfo, sino ni siquiera de llegar hasta las elecciones.
“No hay respuesta de la política, no hay movimiento” se quejaba esta semana un edil platense y reamarcaba que “si fuera un espacio de verdad sólido la primera muestra debería ser la conformación de un interbloque, que además sería el segundo con 7 concejales, pero no eso”.
Lo mismo parece ocurrir en el interior de la provincia, en dónde lìderes territoriales sin referencia nacional como el ex intendente de Olavarría José Eseverri, buscan convertirse en “armadores” para Lavagna, aunque por el momento no vienen logrando demasiado éxito.
Incluso se rumorea que el propio Florencio Randazzo está directamente detrás de la coordinación de algunos de los equipos del interior, aunque sin mostrarse demasiado y sí con el objetivo de reimpulsar a Florencia Casamiquela como una figura bonaerense, esta vez de la mano del ex ministro de Economía.
Finalmente este espacio de “unión nacional” todavía no conformado, es también un gran refugio para los margaritos desencantados con los resultados de la alianza con Massa en la elección pasada, y que además quedaron un tanto huérfanos tras la desaparición de Margarita Stolbizer de las primeras planas del debate político.
Pero el entusiasmo de todos los sectores con esta opción encuentra un límite ante la falta de certezas y en ese sentido esta semana Lavagna volvió a mostrarse esquivo y ratificó su voluntad de trabajar por la “unión de los argentinos”, y hasta se animó a destacar que “las candidaturas son accesorias”.
De todas maneras en su entorno insisten en que la única chance de que el ex ministro vuelva a ser candidato sería a través de un acuerdo de consenso, algo que al menos por ahora no está en los planes de ninguno de sus pares de la oposición.