Respetando el actual protocolo de aislamiento social, preventivo y obligatorio, la tradicional Fiesta del Vino tomó un nuevo rumbo y se animó a la difusión virtual, con el objetivo de que el “mes del vino” no pase desapercibido.
Lejos de la cercanía a la que estábamos acostumbrados, parecería ser que las redes fueron la única opción de seguir reivindicando parte de una cultura berissense que nos acompañó durante estos últimos 17 años.
En este sentido, es importante recordar que la recuperación del Vino de la Costa nació como un proyecto de extensión de la Facultad de Agronomía en medio de la crisis del 2001, donde el trabajo en la costa ribereña era prácticamente nulo.
Pero, a pesar de la crisis económica, un grupo de profesionales comenzó a convocar a algunos productores para revalorizar la zona y después de un largo trabajo de casi tres años se llegó a lo que finalmente conocimos como la primera edición de la Fiesta del Vino en el año 2004.
Más tarde, con la idea de afianzar un trabajo mancomunado, surgió la propuesta de formar la Cooperativa que generó una competencia pareja y un proyecto colectivo de apoyo y unión entre quienes la integran.
“A lo largo de este camino tuvimos ayuda de todas las facultades, algo que para nosotros fue algo impensado; incluso el hecho de que esto siga progresando aún sin la participación del Estado”, comenzó diciendo el presidente de la Cooperativa, Martín Casali.
A pesar de los traspiés legales y la lucha por posicionarse en un lugar de respeto, Casali señaló que “lo que la gente tiene que saber es que la aprobación de nuestro producto la realizó el Instituto de Vitivinicultura luego de una ardua tarea para que se reconozca la variedad de uva Isabella que es propia de nuestra región”.
Por otro lado, manifestó su convicción ante este este tipo de emprendimientos, “porque generan trabajo genuino y quien compra sus productos le está comprando a un vecino. La cercanía brinda la oportunidad de saber cómo se elaboran y qué es lo que se está consumiendo”.
Ante el aislamiento “lo primero que queríamos era que no pase desapercibido el mes de julio, o el mes del vino, que siempre nos encontró con un montón de actividades”, explicó el referente. De ahí la propuesta de hacer una fiesta virtual que incluya la feria de saberes, conversatorios, las imágenes de las fiestas presenciales que se hicieron durante 16 años, charlas y talleres.
En este marco, uno de los puntos novedosos es la degustación a través de zoom, donde el vecino es guiado por un responsable que fue parte del jurado durante los últimos 13 años. En esta instancia, se responden preguntas vinculadas a la cata y a todo vinculado con el producto en cuestión.
Además de vinos, se ponen a disposición producciones propias del Mercado de la Ribera.
“El fin el seguir brindando para encontrarnos, este y el próximo año”, concluyó.