BERISSO, Junio 26.-(BerissoCiudad.com.ar) La Cámara Penal avaló la técnica utilizada para la necropsia donde realizó un corte en el cuello. Allí estaba la marca de una asfixia por ahorcamiento. En la causa están procesados cuatro policías bonaerenses

La Cámara Penal de La Plata sobreseyó a la médica forense Marcela Mabel Lotito, que estaba imputada (incluso llegó a estar detenida, junto a cuatro ex policías), por la muerte del joven Christian Domínguez, registrada el 5 de febrero de 2005 en la seccional 1º de Berisso.

La resolución fue dictada por la Sala I de la Cámara y benefició a Lotito, que estaba procesada por el delito de encubrimiento agravado por -presuntamente- fraguar los datos de la primera autopsia realizada al cuerpo de la víctima.

Además, los camaristas Carlos Alberto Ocampo y María Elia Riusech confirmaron la elevación a juicio oral de los cuatro ex policías Germán Cernuschi, Víctor Gómez, Leonardo Antonelli y Luciano Príncipi, quienes se desempeñaban en la mencionada seccional de Berisso al momento del hecho.

Tanto los efectivos como la médica habían sido detenidos por disposición del fiscal Marcelo Martini y el juez de garantías Federico Guillermo Atencio, pero luego la forense fue excarcelada por la Cámara, tras el planteo presentado por sus defensores Juan Losinno, Flavio Gliemmo y Carlos Irisarri.

Christian Domínguez, de 30 años y padre de una nena de 3, fue detenido la madrugada del 5 de febrero de 2005, cuando salía de un bar de calles Montevideo y 13, del centro de Berisso.

Un patrullero de la comisaría Primera lo derivó a la sede de la seccional, donde más tarde fue hallado muerto en uno de los calabozos.

El caso fue investigado al inicio como un suicidio, bajo la hipótesis de que el aprehendido se había ahorcado con su propio cinturón.

Pero luego, la Justicia ordenó la exhumación del cadáver para la realización de una reautopsia, que fue practicada por médicos de la Asesoría Pericial de la Suprema Corte. Así, se determinó que Domínguez había muerto por un mecanismo asfíctico manual y los resultados de los estudios histopatológicos y químicos determinaron que el grado de alcohol que presentaba en la sangre hacía imposible el acto suicida.

Los forenses determinaron que la víctima no tenía la lucidez suficiente ni la coordinación motora como para quitarse el cinturón, ajustárselo al cuello y atarlo a las rejas de una puerta de acero ubicada a 1,80 metros de altura, para luego dejarse caer.

En octubre de 2005 fueron detenidos el oficial de policía Víctor Gómez, que actuaba de imaginaria en la comisaría, y al sargento Germán Cernuschi, que la noche de la detención actuó como oficial de servicio.

Allí los policías fueron imputados de “omitir declarar torturas”, pero un mes y medio después Sala IV de la Cámara recalificó su conducta como “encubrimiento”, y fueron excarcelados bajo fianza.

Luego, la causa cambió de fiscal en dos oportunidades, hasta que recayó en el titular de la UFI 3, Martini. El fiscal estudió el expediente y recalificó la conducta de los policías como “tortura de seguida de muerte”, y le imputó ese delito a Cernuschi y Gómez, y al subcomisario Príncipi, a cargo de la dependencia, y el ayudante de guardia Leonardo Antonelli.

Además, acusó a la forense Lotito de “encubrimiento agravado”, bajo la sospecha de haber realizado una práctica médica en la primera autopsia que intentó avalar la hipótesis del suicidio.

Este jueves, la Sala IV de la Cámara indicó que la médica Lotito, a partir de un corte en el cuello, utilizó para la autopsia una técnica distinta a la empleada por los forenses de la Asesoría Pericial.

Para los camaristas, Lotito utilizó una técnica indicada para las asfixias mecánicas y resultó creíble que no haya visto antes las maniobras en el cuello que le produjeron la muerte a Domínguez.(Fuente: Diario HOY)