Con el idioma como base fundacional y fundamental a la hora de revivir de manera cotidiana la tradición y generar una identidad, la actual miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Ucrania de Cultura Prosvita, Ana Stolar, continúa enseñando y formando a los niños vinculados a la cultura ucraniana.

Nacida en un hogar de inmigrantes provenientes de Ucrania, con padres que llegaron entre los años 1929 y 1934, se crío en un ambiente de disciplina donde se cultivaron las costumbres de origen, pero siempre respetando a Argentina como un país hermano y con un lugar de privilegio.

Con el paso de los años, Ana se recibió de docente, vocación que ejerce hasta el día de la fecha con una trayectoria de más de 60 años.

Teniendo en cuenta al idioma, como medio de comunicación directa en una sociedad y patrimonio de una Nación, y habiendo participado desde el año 1958 en diversas obras teatrales, decidió enseñar el ucranio a la par de sus actividades sociales como las fiestas, las comidas, danzas, músicas y canciones propias de sus antepasados.

Esto, según nos comentó, vino aparejado de la necesidad de cultivar las raíces, lo cual permitió la formación de comunidades y la Asociación Ucrania de Cultura Prosvita que desarrolló la escuela de idioma ucranio, característico por sus melodías, la carencia de artículos y las desinencias de acuerdo a los tiempos de los verbos.

En la actualidad la referente enseña a 15 niños, de primero, segundo y tercer año, cuyos padres no son necesariamente puramente ucranianos. A ellos se les provee de un libro principal y de la historia, geografía, diferenciación y límites con países que fueron invasores, para que ellos conozcan las características específicas y valores de dicho país.

La Asociación en Argentina cuenta con 13 filiales que desarrollan el ideario de la institución. Pero más allá de eso, lo importante, recalcó Stolar, es que “los chicos, además de recurrir a la escuela, siempre participan en todos los actos culturales que se desarrollan en Berisso, como actos patrióticos, de homenaje, danzas y desfiles”, algo que sin dudas resulta un complemento indispensable para mantener vivo el espíritu de Ucrania.