Vecinos  de la calle 17 entre 148 y 149 volvieron a levantar la queja por las condiciones del “riachuelo” que se sitúa en la zona.

“Siempre reclamamos y hasta el día de hoy no buscan solución, nos cansamos de reclamar en el corralón municipal”, comenzó indicando un frentista a este medio, sin ser la primera vez que se comunica tratando de visibilizar la problemática que los aqueja.

Que no hay máquinas es el principal argumento para la “inacción” de la comuna sobre esas aguas que, de acuerdo a los propios habitantes del barrio, “está cada vez más sucio”.

La gente perdió el horizonte del reclamo: “Ya no sabemos a dónde ir, hasta hicimos denuncias públicas en distintos medios y no hubo solución. Fui a quejarme de nuevo y no había máquina, que quien la maneja no está. En fin...”.

Quienes conviven con la situación y conocen el perjuicio, aseguran que “limpiando la zona, corriendo los juncales y demás, el agua va a correr, pero esto es una mugre. Cuando corre viento que da al zanjón este sale olor a podrido, a perro muerto, porque hay perros embolsados”.