Panorama Político Bonaerense

La Fábrica de pobres

La provincia parece destinada a producir la mano de obra barata que necesita el modelo económico nacional. (Dibujo: NOVA)
La provincia parece destinada a producir la mano de obra barata que necesita el modelo económico nacional. (Dibujo: NOVA)

Por Maxi Pérez (@perezmaxi), corresponsal de NOVA en Casa de Gobierno y Legislatura Bonaerense

Los números del observatorio de pobreza de la Universidad Católica son contundentes y demuestran un aumento de casi un millón y medio de pobres en los últimos meses, lo que para el gobierno constituye un desafío triple, estadístico, político y conceptual.

La mayoría de los "nuevos pobres" del macrismo son habitantes del conurbano boanerense, esa región de la provincia que en palabras de Fernando Espinoza puede hacer saltar al presidente si por alguno motivo decide levantarse.

Además es un territorio ajeno para el PRO, más allá de que muchos de sus dirigentes, incluso los que fueron funcionarios en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sean habitantes de los diferentes distritos que lo conforman.

Por eso el gobierno central junto a María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larretadesarrollaron la idea del "Gabinete Metropolitano" que con la excusa de articular políticas entre distritos complementarios, se encarga de administrar una verdadera fábrica de pobres para cubrir las necesidades de mano de obra barata para los aliados empresarios de Cambiemos.

Desafío estadístico

El gobierno necesita de "La Pesada Herencia" para explicar los despidos, los tarifazos, la inflación y el nuevo endeudamiento y la única manera de sostener en el tiempo la sensación de que "la culpa es del gobierno anterior" es invisibilizando los nuevos problemas.

Esto se logra, por ejemplo mediante el bombardeo mediático sobre los casos más escandalosos del kirchnerismo, como la investigación por la Ruta del dinero K y el seguimiento casi minuto a minuto de los pasos del fiscal Guillermo Marijuan buscando las valijas de Lázaro Baez.

La otra forma es ocultar los números oficiales, algo que desde el PRO denunciaron sistemáticamente a nivel nacional y provincial, pero que a esta altura se convirtió en un objetivo en sí mismo para el presidente y la gobernadora.

Sin Indec a nivel nacional, la provincia simplemente se deja llevar ante al abismo estadístico y construye los índices que hagan falta en cada caso.  Un 15 por ciento de inflación para las paritarias, un déficit de 150 mil millones de pesos para el presupuesto, un ahorro de 3 mil millones para las políticas de austeridad, etc.

El problema de esta estrategia lo remarcó esta semana el titular de Udocba Miguel Díaz, cuando advirtió que “sin con las políticas de austeridad en los primeros 4 meses el gobierno logró ahorrar, como dice 3 mil millones de pesos, quiere decir que proyectado en el año dispone de 9 mil millones de pesos mara para atender el aumento docente”.

Es decir que el equipo económico de Vidal, a la espera de las herramientas de mensura nacionales, deberá transparentar las cuentas con un respaldo documental más sólido, en caso contrario será muy difícil ordenar los reclamos del mundo del trabajo en la provincia.

Desafío Político

Los números de la UCA afirmaban que en diciembre del año pasado uno de cada tres argentinos estaba por debajo de la línea de pobreza y es justamente por este dato que el último informe de esa casa de altos estudios complica los argumentos políticos del gobierno.

Si el oficialismo pretende que el número de pobres no aumentó en la proporción que dice la Universidad Católica dejaría lugar por lo menos a la duda acerca de la fiabilidad de los datos de diciembre.

Por eso contener a todos los sectores políticos del conurbano será una tarea monumental en las próximas semanas para el equipo de gobierno de Vidal.  Para lograrlo, tendrá que sumar aliados a los que además deberá convencer con los números de la UCA, que los números de la UCA no son tan correctos.

Quizá la visita al comedor de Raúl Castells en la Matanza por parte del diputado Manuel Mosca y la “aliada táctica” de Cambiemos Mónica López, vaya en ese sentido.  El dirigente del Movimiento Independiente de Jubilados y Pensionados ya fue una aliado eventual de Macri en CABA y podría convertirse en un referente social del gobierno.

Desafío Conceptual

El principal desafío de la dupla Macri – Vidal es convencer a las masas trabajadoras de los barrios más poblados de los distritos que rodean a la Capital de que la gestión tiene un lugar importante para ellos al final del camino.

Deberán hacerlo además sorteando los problemas que genera el hecho de que las primeras medidas económicas fueron eliminación del cepo cambiario, devaluación, apertura de importaciones y reducción de retenciones, un paquete de medidas que beneficio a la economía concentrada y para los trabajadores se tradujo en tarifazos, inflación y más despidos.

"Con buen criterio, a mi entender, el Gobierno ayuda rápidamente a los empresarios. Quita retenciones, quita impuestos. Pero no es tan rápido para ayudar a los más humildes” sostuvo Moyano en la histórica movilización por el día del trabajador.

Quedó claro en ese acto que el “enfrentamiento de dos modelos” es más conceptual que político y lo que se reedita es la vieja dicotomía inaugurada por el peronismo en Argentina, entre la chance de movilidad social ascendente y el encasillamiento “natural” del liberalismo económico.

Auxiliares docentes, judiciales, médicos, trabajadores de minoridad, etc. son entonces parte del problema en territorio bonaerense.  La presión por reapertura de paritarias y mejores ofertas salariales colisiona con el insensible modelo de austeridad que aplica la gobernadora.

Es que Vidal, junto con Macri y una parte del Frente Cambiemos, están convencidos de que el retorno al modelo del derrame es la salida para este momento histórico.

Viven estas instancias de ajustes y recortes antipáticos sobre los más humildes con “responsabilidad patriótica”, creen que son los únicos capaces de llevar adelante la transformación que requieren la provincia y el país, y los anuncios en materia social parecen más un espasmo ante la emergencia que una política pensada a largo plazo.

Los tiempos se acortan, la llegada del segundo semestre puede despejar el futuro inmediato, pero como están las cosas quizá lo más cercano sea decir que atravesaremos la segunda mitad del año con el “Desafío no superado”.

 

Comentarios