En diálogo con Berissociudad en Radio, el titular del Centro de Almaceneros y Afines, Ricardo Cuevas, se refirió a las dificultades de comercio de barrio, a los aumentos de precios, al acuerdo con la Tarjeta AlimentAR y al compromiso colectivo como base para afrontar la problemática actual.
“Estamos acostumbrados a ser solidarios con nuestro barrio, cada almacén habilitado como corresponde tratando de serlo. Desde el Centro de Almaceneros indicamos que se tenga el precio más accesible para la gente, principalmente en estos momentos”, expuso.
Tiempo atrás, la comuna local convocó al sector para rubricar un convenio mediante el cual los beneficiarios de la Tarjeta AlimentAR reciben un diez por ciento de descuento en ciertos comercios adheridos.
“Esto tiene que seguir haciendo, hay veces que se genera alguna confusión. Aquellos comercios que tomaron el compromiso deben seguir haciendo el descuento, los que no lo quieran hacer, tienen que dar aviso. El Centro respalda todo lo que firma la comisión directiva”, enfatizó.
Respecto a la problemática de los precios, Cuevas recalcó que “lamentablemente somos trasladistas de precios, nunca pudimos ser formadores. Si hay alguna oveja descarriada tratamos de llegar, hoy la misma gente informa a quienes tienen el control”.
Si bien las verdulerías no están contenidas dentro de la institución, el referente de Centro manifestó que “al menos tendrían que tener la posibilidad de ofrecer pago electrónico”, y subrayó que “hay crisis, y no es que el municipio mire a otro lado. Los comerciantes de los que hablamos son de buen poder adquisitivo así que lo mínimo es que pongan pago electrónico”, y pujó por diálogo con los responsables del rubro por parte de las autoridades.
En cuanto a las dificultades propias de los almacenes, rotiserías y autoservicios, el entrevistado indicó que “hay una competencia tremenda. En algunas manzanas somos tres o cuatro almacenes” y manifestó también las complicaciones de conseguir precios en los mismos mayoritarias.
Ya yendo a las avivadas de algunos comerciantes, Cuevas se sinceró: “me duele, porque nunca le podés haber vendido 139 pesos una lavandina, las buenas marcas rondan entre 45 y 60 pesos. La indignación es porque siempre caemos todos en sospecha, todos los comerciantes tratamos de hacer lo mejor pero siempre tenemos ovejas negras. Los que tenemos nuestras cortinas levantadas no tenemos que levantar sospechas”.