Hondo pesar es el que se vive en la comunidad de Berisso producto de los sucesivos casos de suicidio que tienen como protagonistas a adolescentes y jóvenes de distintos puntos de la localidad. La desazón es grande y la preocupación aún mayor.
Con este escenario, BerissoCiudad se comunicó con la psicóloga social, de amplia trayectoria en el trabajo con adolescentes y colaboradora de distintas Asociaciones y Organizaciones No Gubernamentales, Silvana Trotta.
La profesional realizó un análisis de la situación en la comuna, dio cuenta de la necesidad de abordar la problemática con políticas públicas concretas y marcó como primordial la desestigmatización de esta franja etaria, la apertura de espacios y canales de diálogo, entre otras cosas.
“Se presenta en un contexto donde los jóvenes son cada vez más estigmatizados, socialmente y en todos los ámbitos. Esto no quiere decir que no haya instituciones que se preocupen por las problemáticas de la adolescencia, lo que les ocurre. Esto es parte de algo cotidiano y con el dolor de decir que hoy Berisso es una de las ciudades de esta zona sur con mayor índice de suicidio adolescente”, alertó.
El replanteo es en cada ámbito, desde el rol del Estado hasta manejo de la información. En este marco, Trotta precisó que “sería simplista decir que los adolescentes se suicidan porque no hay proyecto ni futuro, un vacío existencial. Son todas etiquetas, que son válidas pero por ahí no es ni una ni otra, influye el contexto que están viviendo esos jóvenes y no solo del hogar y la familia, sino también en un contexto sociopolítico bastante preocupante y son cosas que no se tienen en cuenta, como si tuvieran que ser trabajadas en otras esferas”.
En otro rango, la especialista se refirió la existencia de un “arsenal de hiperinformación e hiperestímulos tóxicos”, al “efecto contagio” (que no afecta a cualquier sujeto, pero sí a quienes reúnen ciertas características subjetivas) y a “la fantasía de muerte”.
“Convengamos que esta fantasía ronda a los seres humanos, a todos, lo que no quiere decir que todos somos potencialmente suicidas. Pero, en el tiempo en que la humanidad se ha ido culturizando la muerte siempre fue parte de uno de los enigmas más grandes de la humanidad. También hay que pensar esta actitud con qué cuestiones tiene que ver”, analizó.
Así también aclaró que en esta elección no es correcta la culpabilidad, sí la responsabilidad.
“Esto lo digo porque seguramente las familias siempre quedan con una gran carga de culpa o la mirada social apuntando a que no pudieron evitarlo cuando se podría haber evitado. Y cada caso es tan singular, es para ver, pensar y reconocer cuándo un pibe o una piba está pensando en quitarse la vida”, dijo Trotta.
En este aspecto, sostuvo la necesidad de establecer un diálogo concreto, donde al adolescente se le habilite la palabra, pudiendo manifestar sensaciones, sentimientos. Concretamente, se refirió a la conformación de espacios para el intercambio y la expresión sin ser juzgados.
A modo de ejemplo compartió experiencias que tuvo junto a jóvenes en los talleres del programa Envión en “Don Bosco”, donde abordaban desde la problemática de la violencia en los noviazgos hasta talleres literarios, donde muchas veces los actores comenzaban a soltar y poner en palabras temores, fantasías y todo aquello que les preocupa.
“Yo estuve en más oportunidades en el hospital acompañando a chicas por intentos de suicidio que en cumpleaños de 15. Suena fuerte y es así” lanzó con resguardo, aclarando que hay protocolos para la exposición pública, que protegen los casos de caer en la banalización y el amarillismo.
Es un tema “muy tabú” en el que “hay que trabajar muchísimo, porque lamentablemente lo tenemos cada vez más dentro de lo cotidiano”, advirtió la psicóloga social.
El rol del Estado y las instituciones
“Hoy por hoy en cuanto a políticas públicas sabemos que hay muchísimos recortes, programas que no se dan más, leyes que no se cumplen por ejemplo la Ley de Educación Sexual Integral. Hay para trabajar y pensar en los chicos y chicas con una vida saludable desde lo sexual, lo social, el estereotipo de género, de trabajar en conjunto. Esta es una deuda del Estado, de las políticas públicas”, aseveró.
Del mismo modo, hizo un paralelismo con la problemática de violencia de género y trajo a colación números que indican que hoy hay dos víctimas cada 24 horas, cuando años atrás era un femicidio cada 48 horas.
En lo que respecta al suicidio también se ve un suicidio adolescente cada vez con mayor frecuencia, pero aun sin establecer una estadística concreta. Esto denota la ausencia del Estado frente a estas situaciones, donde somos sujetos vulnerables.
Esta problemática excede la estructura de clases sociales, y además Trotta identifica el paralelismo dado que “en Berisso hemos asistido esto de matar a la pareja y posteriormente suicidarse. Qué pasa que estas cuestiones no están en la agenda de las políticas públicas, como parte de algo preventivo, tal vez no se vaya a desterrar pero si se puede trabajar con piba y pibes, escuchándoles, creyéndoles cuando dicen que pasa algo, lo que sea y no banalizando. El primer paso es escuchar y creer, escuchar y comprender y no juzgar”.
“Frente a una problemática las herramientas que tome un chico o una chica va a ser totalmente distintas. Una de las actitudes extremas frente a un grado de vulnerabilidad muy marcado es el suicidio”, precisó la entrevistada y recalcó que “hay una cuestión de poner en el adolescente todo lo malo que acontece en la sociedad, como si como adultos no hubiésemos pasado por esa etapa, ese discurso autocéntrico. Hoy se está pidiendo con mucha urgencia que se tomen las medidas, desde la dimensión social de esta aberración”.
Otro punto a tratar tiene que ver con el consumo de sustancias, “desde adicciones bastante severas. Frente a esto hay que pensar por qué este chico consume drogas, alcohol o tiene una conducta de riesgo. Después también ves, cuando destapas la olla, que ese pibe en algún momento fue maltratado o abusado sexualmente o ha presenciado escenas de violencia familiar. Todavía el Estado desestima que estas cuestiones son problemáticas políticas el suicidio, la violencia de género, es política”, analizó Silvana Trotta y cerró asegurando que el trabajo debe ser en red.