Una vecina de la ciudad de Berisso, motivada por su situación personal y tratando de ayudar a los demás, tomó la decisión de visibilizar a aquellas personas que “se cagan en los otros”.
Así, cada vez que sale a la calle lo hace con una pila de calcomanías en la mochila y cuando ve un auto estacionado en una rampa (cosa que tristemente es muy habitual) pega uno de los stickers en el vehículo, dejando al descubierto la infracción y el poco sentido de solidaridad.
Fernanda es mamá de Santiago y Alejo, mellizos de 15 años. Alejo tiene una discapacidad motriz y se desplaza en silla de ruedas.
“La idea surgió porque con Alejo convivimos a diario con situaciones en las que se vulneran sus derechos. No sólo en cuestiones como rampas o accesos a edificios”, comenzó exponiendo esta madre que día a día sale a velar por el cumplimiento de los derechos de su hijo y por los de los demás.
En cuanto a la posibilidad de circular con Alejo, Fernanda relató que “en este tema en particular, además de que hay pocas rampas, la mayoría están rotas o mal hechas. Además muchas personas no las respetan y estacionan obstruyendo el paso, sin importarle el otro”.
Han tenido que sortear muchos obstáculos de la vida misma y del mundo egoísta.
Es que poco se mira a la situación del otro. “A muchos les importa primeramente ellos, sus necesidades, su tiempo o simplemente estacionar bien cerca del lugar donde van, prefieren tapar una rampa a caminar una cuadra y estacionar correctamente”, se descargó la vecina.
Siguiendo con su relato, Fernanda contó el detonante que motivó a llevar a cabo este accionar.
“Y un episodio máximo que nos enojó muchísimo y ahí dijimos: tenemos que hacer algo fue en la esquina del Hospital de Niños .yo iba con Alejo descompuesto, llevándolo en su silla de ruedas y con mí pareja operado de la rodilla, con muletas”
“Nos encontramos con un auto estacionado en la rampa, el conductor arriba, ni se movió al vernos. Entonces le dije que estaba mal estacionado ahí y me gritó ‘¡Qué querés que haga, si no hay lugar!’”.
De ahí en más tomaron la decisión de escrachar a todo aquel auto que esté estacionado frente a una rampa obstruyendo la circulación.
“Hicimos más de mil calcos y las llevamos siempre encima. Pegamos en el vehículo en un lugar no muy visible para el conductor para que circule unas cuadras con la calco y que la gente en la calle las pueda ver”, detalló. Así la persona infractora queda expuesta y el resto también toma conciencia.
Muchos se suman a la iniciativa e inclusive reciben calcos para pegar también.
“Yo tapé una rampa, me cago en el otro. La accesibilidad y el circular independiente son derechos universales. Ponete en mi lugar, no en mi espacio”, dice la leyenda del sticker que pegan a cada infractor.
Vale mencionar que esta papelería fue pagada por Fernanda y su familia. Y eligieron esta modalidad para evidencias, exponer y visibilizar a aquellos que no reparan en el otro; para que la sociedad se concientice y utilizan una metodología no agresiva ni perjudicial para la propiedad privada.
En su mayoría las personas apoyan y se suman a la iniciativa, de hecho tuvieron propuestas de distintos organismos de ampliar la cobertura de la campaña.
Los únicos molestos terminan siendo los mal estacionados, quienes justamente vulneran los derechos de las personas con discapacidad.