Opinión

El Estado es responsable de la Justicia que nos mata

Por Claudia Vivas (*)

El femicidio de Micaela García, la joven entrerriana, militante del Movimiento Evita y estudiante del profesorado de Educación Física, pone en evidencia el consecuente mal accionar de la justicia argentina y  la responsabilidad del Estado por la falta de políticas integrales de prevención de la violencia machista.

El asesinato de Micaela tiene dos culpables: el Estado responsable del Sistema Judicial y su asesino, Sebastián Wagner

El Estado responsable del femicidio de Micaela. Por omisión en la prevención, porque llegó tarde, una vez más. Porque el Sistema Penitenciario es el agujero de la sociedad donde se reproducen y multiplican las violencias más denigrantes, por tanto no pueden reformar, ni reeducar a nadie.

En el 2017 cuatro mujeres fueron asesinadas por sus parejas, quienes se encontraban purgando condenas, en la mayoría de las veces, por haber asesinado a otras mujeres. La compra de los informes del Servicio Penitenciario, coimas a fiscales, jueces y otros funcionarios es un saber a voces.

El sistema judicial corrupto, machista y clasista “libera a los machos violadores” porque no les importa la vida de las mujeres que quedamos expuestas. Para la Justicia patriarcal violar a una mujer no es tan grave. 

La prueba está en la decisión irresponsable y femicida del juez de Ejecución Penal de Gualeguaychú, Carlos Rossi. A este funcionario, al que todos le pagamos su oneroso sueldo y que no paga impuestos por pertenecer a la casta judicial, no fue elegido democráticamente por nadie y no tiene la obligación “de jubilarse a determinada edad” le debemos  la muerte de Micaela García.

Fue él quien decidió liberar, de forma anticipada, a Sebastián Wagner, pese a los informes negativos que se realizaron en el Sistema Penitenciario.

A diario, miles de mujeres, víctimas de la violencia machista, son revictimizadas por un sistema judicial esquizofrénico y patriarcal. Cientos de miles de causas por abusos, lesiones y otras violencias se acumulan en archivos, sin siquiera las víctimas poder acceder a un patrocinio jurídico.

   

El autor material, Wagner es un “hijo sano del patriarcado” (no un enfermo como intentan describirlo), agresor sexual reincidente. De esos que empiezan con miradas intimidantes,  piropos subidos de tono, besos robados como en broma y terminan en la violación y el asesinato. A este macho violento, la cultura no lo reprime hasta que consume su crimen. Miles de niños son hoy alentados por una cultura machista que vende el cuerpo de las mujeres como objetos. Mañana, cuando como predadores que son, asesinen, mutilen, violen serán tildados de enfermos. Podrán estar encerrados un tiempo, pero seguramente la justicia patriarcal encontrara el modo de liberarlos. 

Quiero reservarme este párrafo para enviar un mensaje y un pedido a todos las mujeres y hombres que luchamos por una sociedad sin violencias hacia las mujeres y niños: “Tenemos que seguir luchando”. 

Pese al dolor y la angustia que nos calaron hasta los huesos desde que nos enteramos de la aparición del cuerpo de Micaela. Nos lo pidieron sus padres. Personas proba, que en el peor de los dolores que puede enfrentar un ser humano, el de la muerte de una hija, elevaron su voz y dijeron “que el dolor se transforme en lucha, por una sociedad más justa”.

Por último, un mensaje a la memoria de Micaela. A  esa piba de 21 años, idealista y militante.  La que vivía pensando en cambiar la sociedad, empoderando a los que menos tienen. Buen vuelo guerrera. Vivirás en nuestra lucha.

-NI UNA MENOS

 -Vivas nos queremos.

                                                                                                

(*) Presidente de la ONG “Decir Basta”.

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