A horas del gran festejo navideño, este martes por la mañana dialogamos con la referente de PRODEA, Elba Tiburzi, para hablar sobre la ordenanza municipal vinculada a la pirotecnia y la organización entre los distintos agentes que trabajan en conjunto para hacer cumplir la ley.
En principio, señaló que “la primera ordenanza, la 3551, fue derogada por la 3666 que es la peor de la historia. Por eso, asumimos un compromiso con los miembros del Ejecutivo para que a partir del 1 de marzo se ingrese un proyecto al Concejo para poder conseguir la prohibición total de la pirotecnia sonora (entre los 70, 82 u 84 decibeles) que abarca todo aquello que provoca un severo daño auditivo”.
Más allá de esto, “actualmente hay una ordenanza y en base a eso no nos podemos hacer los distraídos y dejar que pase una ilegalidad. Y esto es lo que pasó el viernes 21, cuando nos reunimos para ver qué hacíamos”, precisó.
Luego de dicha reunión se acordó que desde PRODEA se irían a recibir las denuncias sobre la venta de pirotecnia, y hasta ayer había sólo dos locales habilitados, uno es el de Montevideo entre 23 y 24, y el otro el de Montevideo entre 18 y 19, para los cuales se contempló el control del local y la venta.
De todas formas, Tiburzi resaltó que hay muchos puntos donde se desarrolla la venta ilegal; por este motivo, “les pedimos a todos los vecinos que denuncien la venta pública porque está totalmente prohibida. Una vez denunciados los agentes se encargan de decomisar y luego le lleva a cabo la destrucción total”.
También señaló que “es importante que el vecino no sea cómplice porque no sólo favorece una ilegalidad, sino también porque se está haciendo en una propiedad y uno no sabe qué puede pasar. Y de haber una falla puede causar un daño terrible, no sólo a esa propiedad sino también al barrio”.
“Acá no se les está diciendo al comerciante ‘estoy en contra tuyo’, sino que cumpla la norma. No le decimos a la gente que no festeje, sino que respete a los otros. Hay un cambio de mentalidad afortunadamente, y la realidad es que hay otra alternativa para el festejo”, fundamentó.
Para finalizar, y en relación a su incuestionable conocimiento sobre el tema de los animales, Tiburzi propuso como paliativo la identificación de los mismos, con números telefónicos a quienes tienen dueños, y con referencias de la zona a los callejeros para que puedan ser restablecidos y así evitar su deterioro.
De esta manera, colaboramos y evitamos severos inconvenientes mejorando la calidad de vida y el festejo de toda la comunidad.