El pasado sábado, Villa San Carlos empató 0-0 ante la UAI Urquiza, pero el hecho más relevante fue que Federico Slezack, un símbolo de la institución, llegó a los 400 encuentros con la camiseta del Celeste.
Después de los cuatro centenares de partidos, dijo que es momento de recordar “los momentos lindos” y los “no tan lindos”, así como “las situaciones vividas con familia, amigos, con gente conocida en el club y una buena sensación”.
El defensor tiene 38 años y sus comienzos en la Villa fueron a los 4 años. Pasó por sus divisiones infantiles y juveniles. Por todas las categorías hasta llegar a la Primera División y tuvo tal sentido de pertenencia que no vistió otra camiseta.
A pesar de la cantidad de partidos, algo que según matizó “es anecdótico”, reflexionó: “después de tanto tiempo, cuando pasan estas cosas lo hacen recordar a uno cómo empezó todo y cuánto tiempo hace que, por suerte, pude seguir jugando y vistiendo la camiseta del club”.
Sobre lo que significa Villa San Carlos para él, recalcó: “ocupa un lugar importantísimo, mi vida cotidiana, más allá de lo deportivo, está ligada al club”.
Slezack hizo su debut con la institución un 7 de abril de 2001, en un triunfo del Villero ante Central Ballester, en condición de visitante. Su carrera se vio interrumpida por unos años, pero continuó en el Villero y a pesar de algún interés de algunos equipos, decidió quedarse en la institución.
En el Celeste de Berisso obtuvo cuatro ascensos a lo largo de su trayectoria. Subió una vez a la C (2002), dos veces a la B metropolitana (2009 y 2019) y una vez a la B Nacional (2013).
Hoy en día es integrante del plantel que disputa la B Metropolitana junto a Ignacio Oroná, Pablo Miranda y Lucas Licht son los más grandes. “Trato de disfrutarlo del día a día con la responsabilidad de siempre” y “lógicamente pensando que se acerca el final de la carrera como jugador”, cerró el experimentado defensor.