Laura, una vecina de la ciudad de Berisso, se comunicó con este medio para expresar su preocupación y malestar tras estar internada/aislada una semana en el Hospital Larraín como caso sospechoso de COVID y aún no tener los resultados del estudio realizado .
Un retraso considerable en diagnóstico hace en casos como el de Laura un verdadero padecimiento.
“Me parece injusto y me preocupa por la gente que realmente necesita Estar acá. Yo entré el sábado, dos días antes tuve fiebre, el sábado tuve fiebre Y el domingo ya no. El mismo sábado me hisoparon, me aislaron y no tuve contacto con nadie más. Es como un encierro, me parece injusto”, comenzó explicando la vecina.
Laura ingresó como sospechosa con un cuadro febril, el mismo fue mejorando, pasaron los días y aún sigue sin diagnóstico. Preocupada también -además de su angustia por la incertidumbre- por el hecho de que la cama del hospital puede ser ocupada por alguien que lo necesita más.
Mientras tanto, no puede hacerse otros estudios porque primero se debe descartar su caso por coronavirus.
“Tengo una persona conocida qué pasó el aislamiento, le dieron el alta y nunca le llegó el resultado. Esto es injusto y no hay a quién dirigirse”, contó con alarma.
“Estoy aislada, no hospitalizada. Si alguien me tiene que alcanzar algo es por medio de los enfermeros. Yo convivo con mi hijo, mi nuera, mi nieto, mi esposo y constantemente está mi mamá. Yo conté esto y me dijeron que por mi nieto y mi mamá no podía volver. Tengo otra habitación, no tengo otro baño. Me dijeron que tenía que quedarme”, indicó la mujer.
“Ahora bien, si bien estoy en una habitación amplia para cuatro personas, acá compartimos el baño. Compartimos con el piso de los sospechosos, alguno puede ser positivo. Y si fuera así yo me puedo aislar en mi casa”, alertó.
De todos modos, remarcó que “la atención es perfecta. No me puedo quejar de nada, pero vivir esto es feísimo”.