Israel Ricaldez, dueño de la verdulería de Montevideo y 32, cuya situación de salud fue foco de confusión en las últimas horas, echó luz al respecto en diálogo con BerissoCiudad en Radio.

Todo comenzó cuando un empleado del negocio se dirigió a un cajero automático, en el transcurso lo abordó un operativo de control mientras circulaba en un taxi. El empleado había descargado la aplicación Cuidar pero no había actualizado los datos.

“Nos dijeron que el hisopado que le hicieron fue por protocolo. Luego, lo llevaron a la casa para cuarentena por tres días”, contó Israel.

Asimismo, agregó que pasadas las horas se presentaron en su local avisando que debía cerrar pese a que el empleado no había concurrido.

“Yo quedé medio asustado y la gente que estaba también. La gente salió corriendo del negocio porque le dijeron que tenía que cerrar. Yo también fui al Hospital, me hicieron testeos y no me hicieron hisopado porque no tenía síntomas. Cuando vuelvo a mi casa, llovían llamadas”, explicó, añadiendo que todos daban por sentado que el empleado tenía COVID-19. “Decían que en mi casa había coronavirus”, graficó.

En cuanto a los resultados del hisopado al trabajador, Israel comentó que “no tenemos los resultados en hoja, pero la encargada que lo llevó a hacerse el hisopado nos dijo que le dio negativo”, haciendo mención a personal de Control Urbano.

El paso a seguir con el regulado negativo y tras los perjuicios que sufrieron tanto económicos como de escrache, el comerciante indicó que “vamos a iniciar acciones legales y (difundir) un comunicado, vamos a recurrir a la abogada que está al tanto de todo cuando llegue el certificado. Vamos a iniciar acciones a quienes comenzaron con esto (apuntando a vecinos y otros comerciantes que estarían identificados como precursores del rumor). Ayer (domingo) no pudimos salir ni a comprar el pan”, aseguró sosteniendo que “con la mirada nos decían de todo”.

“Hubo audios que decían que no vayan a comprar a mi negocio y al de mi suegro. Decidimos Cerrar todos los negocios a raíz de esto, las verdulerías de Montevideo y 32, Montevideo y 26; en calle 30 y 153 y 16 que es la principal” describió Ricaldez.

“Hasta el momento nadie nos ha llamado ni se ha acercado, solamente un vecino. El daño fue hacia nosotros e inclusive hacia mi empleado”, aseveró el entrevistado, subrayando que fue un contexto sumamente desfavorable.