En diálogo con BerissoCiudad en Radio, el gerente de la Cooperativa Clínica Mosconi, Salvador Espósito, se refirió a la actualidad de la institución sanitaria, a la pelea que están librando en el marco de la pandemia y a la necesidad de seguir cuidándose.
“Es una situación difícil porque estamos todos muy relajados, en la calle pero también en el trabajo. Es como que la vacuna nos hizo Superman pero con todo lo que se viene vamos a tener que comenzar a pensar de nuevo en seguir protegiéndonos”, comenzó llamando a la reflexión el referente sin desconocer el cansancio de la gente.
En cuanto a la vacunación del personal en la Clínica, Espósito manifestó que “estamos todos vacunados, salvo cinco compañeros que no quisieron vacunarse” y aprovechó la ocasión para agradecer al Hospital Larraín, a la secretaría de Salud del Municipio y demás organismos.
“Recuerdo que tuvimos 36 compañeras y compañeros contagiados, seis profesionales y uno fallecido. Fue muy duro todo lo qué pasó y quizás esto de la vacuna nos da la tranquilidad de que si llega a pasar algo no va a ser como el año pasado”, recordó el gerente.
Con tres meses de capacitación, cuatro arcos sanitizantes, insumos conseguidos “igual nos pasó de todo pero sigue siendo esa situación de que Dios está en todos lados pero duerme en la cooperativa Clínica Mosconi”.
No sólo se complicó el plano sanitario, sino también el perjuicio económico fue potente.
“Tenemos 130 familias que dependen de nosotros con sueldos miserables. Se había cortado la visita al médico, hacerse estudios, los chequeos. Además, nuestras 43 camas se convirtieron en 20 por los distanciamientos”, relató el responsable de la institución.
Asimismo, explicó que ante la reactivación de la atención y con el fin de evitar cúmulo de gente “si o si tenemos que esperar afuera. Por ahí se nos enojan pero no pueden haber como antes de la pandemia 1000 personas circulando”.
Ahondando un poco más en la situación economía, Espósito manifestó que “fue un año dificilísimo, se cayó el ingreso, el poder adquisitivo, la inflación aumentó el costo de insumos y nosotros no tenemos un subsidio permanente, dependemos de las obras sociales y que vengan pacientes a internarse. Nosotros hemos crecido gracias a los paciente que nos eligieron, existimos gracias a la comunidad de Berisso” y destacó también la colaboración del banco Credicoop.