Aleccionador

Terminaron con el “no te metás”

Para proteger a una víctima de violencia, escracharon a su agresor
Para proteger a una víctima de violencia, escracharon a su agresor

Por Soledad Vallejos

Publicado en Página/12

El fin de semana, el hospital de Berisso amaneció con carteles fotocopiados y manuscritos pegados en carteleras y paredes de distintos servicios. En todos se veía la cara de un hombre de 32 años, en una foto en primer plano; debajo, la leyenda “agresor”. Cada cartelito concluía con la advertencia “llamar al 144 o 911”. En el hospital, internada a consecuencia de la golpiza que el hombre de la foto le había dado, estaba A., la ex pareja de él. La autoría de los carteles fue anónima, pero alcanzó para que, desde que fueron pegados, amigas de la mujer dejaran de verlo merodeando por el centro médico. “No sabemos quién hizo los carteles, pero es claro que hubo vecinos que quisieron terminar con el ‘no te metás’ y hacer algo”, dijo a este diario Claudia Vivas, de la ONG de Berisso contra la violencia machista Decir Basta, que desde la semana pasada acompaña y asiste a la mujer. En la causa entiende la Fiscalía especializada en Violencia de Género y/o Familiar de la Plata Nº 13, a cargo de la fiscal Mariana Ruffino.

El jueves de la semana pasada, una amiga de la mujer se contactó con Decir Basta para pedir asesoramiento y ayuda, porque A. había concurrido golpeada y muy lastimada a un sanatorio, pero allí no había cirujano que pudiera atenderla, y nadie sugirió siquiera hacer la denuncia. “Las amigas estaban todas juntas con ella, llamaron para preguntar cómo hacer, y le preguntamos si querían que llamáramos un patrullero, si querían que las acompañáramos a llevarla a un hospital. Nos dijeron que ellas la podían llevar, y que ella quería hacer la denuncia”, contó Vivas a este diario.

Poco después, A llegó al lugar con “heridas en distintas partes del cuerpo, pero especialmente en el rostro, y quedo internada bajo estrictos cuidados médicos”, informó el director del hospital de Berisso, Alfredo Zanaroni.

Cuando estaba en el centro médico, oficiales de la Comisaría de la Mujer de Berisso “fueron al toque a tomarle declaración y hacer la denuncia por violación a la ley 14.509, la ley de violencia familiar que rige en la provincia de Buenos Aires”, contó Vivas. En los días que siguieron de internación, A recibió asistencia psicológica y “estuvo muy acompañada por sus amigas del barrio”, añadió la activista.

Fueron ellas, justamente, quienes notaron que el agresor rondaba la zona y llegó a entrar al hospital en el que estaba internada su ex pareja; al mismo tiempo, varias de ellas –todas vecinas del mismo barrio que la víctima y el victimario– recibieron amenazas que atribuyeron al mismo agresor. Fuentes del caso informaron a este diario que el hombre, de alrededor de 30 años, está en el barrio porque accedió al beneficio de la prisión domiciliaria, por una pena dictada a raíz de un delito contra la propiedad. Por su parte, la titular de la ONG Decir Basta señaló, también, que “pedimos en principio que al agresor le revoquen la prisión domiciliaria, que lo manden a cumplir la condena en un penal”, porque es peligroso tanto para su ex pareja como para las amigas de ella.

El viernes de la semana pasada, cuando las amigas de la mujer reconocieron al agresor merodeando dentro del hospital, lo comunicaron a las autoridades del lugar. Uno de los empleados de seguridad del lugar advirtió que la custodia no conocía al hombre, por lo que requirió una foto para distribuir entre personal de hospital. Sin embargo, ellos negaron haber sido autores de los carteles que aparecieron el fin de semana y después de cuya aparición el agresor no volvió a ser visto en el centro médico.

Vivas, de Decir Basta, interpretó lo sucedido como la evidencia de que, ante la violencia machista, hay personas “decididas a terminar con el ‘no te metas’”. La ONG de Berisso, agregó, hace “laburo de trinchera”: capacitaciones con la policía, en la que llegaron a participar los jefes, y un fuerte trabajo territorial para tender redes solidarias. “Por suerte en esta ciudad hay un compromiso fuerte con eso. Pero todavía lo que más se les dificulta a las víctimas es el acceso a la Justicia”, agregó.

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