Mientras algunos tienen la posibilidad de quedarse en casa, otros continúan con la difícil tarea de cumplir con su labor, exponiéndose en cada traslado para llegar a destino.
En medio de ello están los que hacen posible el movimiento, los trabajadores del transporte público, quienes no sólo tienen que lidiar con el protocolo del día a día sino también con quienes no respetan las medidas de seguridad para llevar la cuestión de la mejor manera posible.
Tras la queja de algunos usuarios, BerissoCiudad dialogó con algunos de los choferes pertenecientes a la Línea 202, quienes accedieron a la entrevista para contarnos cómo y hasta dónde llegan sus responsabilidades.
En este sentido, señalaron que el control de quienes suben “no lo podemos hacer nosotros, porque la gente sabe muy bien que no pueden subir más pasajeros y te paran igual, porque están retrasados o no pueden esperar al siguiente colectivo”, y en el caso de no frenar “te putean y llaman a la línea para hacerte quedar mal”.
Actualmente el parabrisa cuenta con dos carteles que indican el uso del tapaboca y cómo debe ser el ascenso; “algo que no siempre se cumple, porque de todos los que viajan sólo diez seguro llevan el permiso, y si no lo tienen pasan a pesar de nosotros advertirles la necesidad del mismo”.
El límite se personas depende de la cantidad de asientos de cada unidad, entre 20 y 25. En ese margen se debe mantener una distancia del metro y medio, dos, “pero una vez arriba tampoco se respeta; llamás la atención y miran para otro lado”.
Respecto a los controles, señalaron que hasta el momento “no son suficientes”, porque “cómo puede ser posible que en el último recorrido a Punta Lara suba un menor de edad, prenda un porro, y en todo el camino no haya policías para que nosotros podamos frenar para que nos ayuden a bajarlo”.
“Los únicos que paran como corresponde son los de Prefectura, y la gente se aprovecha de eso para salir a pasear diciendo que tienen que ir a comprar comida de una ciudad a otra”, comentaron.
Por estos motivos, pidieron un mayor control en los operativos con el fin de “evitar momentos incómodos para que los usuarios realmente entiendan qué es la cuarentena y los límites a la hora de usar un servicio público”.
“Nosotros, al igual que mucha gente, tenemos la obligación de trabajar, y queremos que los asientos estén disponibles sólo para aquellos que realmente lo necesitan. De esta manera, podemos cuidarlos a ellos, a nosotros y a nuestras familias”, cerraron.