Este 4 de septiembre se conmemora un nuevo Día del Inmigrante en Argentina y Berisso como Capital Provincial levanta las banderas de cada Estado, identidad y cultura que forjó su historia.
Con el fin de rendir homenaje a cada Inmigrante, BerissoCiudad dialogó con el presidente de la colectividad griega, Néstor Stambolakis, quien desde sus historias personales y reconocimiento del trabajo actual en cada sociedad llegó a cada berissense.
En un año de celebración virtual, las colectividades se fueron aggiornando.
“Todos los años brindamos un espectáculo arrancando con la lámpara Votiva desde el escenario de la colectividad y los chicos vestidos de época”, comenzó relatando Stambolakis.
Con esta actividad, se realiza uno de los momentos más emotivos de la Fiesta Provincial y el inicio oficial del evento.
En esta ocasión, “desgraciadamente no se va a poder hacer nada de eso. Sólo van a estar cuatro personas, el intendente y dos de la colectividad. Es un año difícil va a ser difícil adaptarse pero vamos a salir adelante”, dijo el presidente de la emblemática institución.
En cuanto al reconocimiento hacia el inmigrante, el entrevistado subrayó que “es muy importante. En Berisso transcurrieron los años y todavía se mantiene la efervescencia”.
Asimismo, destacó el crecimiento como organización: “hoy han aumentado la cantidad de instituciones, porque además se adhirieron las colectividades de Latinoamérica”.
Sobre su historia personal, Néstor Stambolakis siendo hijo de inmigrantes expuso un verdadero relato de vida.
“Mi padre vino en el año 22, en la época en que los echaron los turcos. Ellos eran de Constantinopla y los turcos se apropiaron y a los griegos los echaron. Mi padre pagó dos pasajes, el primero no puedo salir y el segundo tuvo que salir vestido de mujer porque los querían matar”, graficó.
Sus padres estuvieron en Buenos Aires tres años, trabajando en el tranvía. Luego llegaron a tierras berissenses.
“Acá armó una casilla agarrada con cuatro alambres para que no se los lleve el viento. Así empezaron”, expuso.
Vale mencionar que la colectividad griega hace pocos días cumplió 110 años, en sus orígenes estuvo anclada en Ensenada, se disolvió y luego llegó a nuestra ciudad.
Historias miles, emociones muchas más: “yo iba a la escuela griega, venía la maestra de Buenos Aires, se bajaba frente al frigorífico Armour y cruzaba en bote, tomaba el tranvía 25 que iba a La Plata y pasaba por la Londres dónde estaba una de las instituciones. Igual en mi casa se hablaba en griego, no había otro idioma”.
Hoy los hijos, nietos, bisnietos son los que conservan y sostienen estas tradiciones. En este sentido Stambolakis expuso sus sensaciones: “me pone muy feliz, cuando hacemos fiestas en la colectividad tenemos un grupo de chiquitos desde 3 años, mi nieto con 6 años baila griego. Los vamos haciendo, es el semillero para que esto perdure, porque nuestros antepasados trabajaron mucho para eso. Por suerte las generaciones que vienen, vienen muy bien”.