Cuando parecía una febrero tranquilo, este martes las calles de la ciudad se vieron invadidas de folletos como hace años no ocurría, ya que las redes sociales vienen cumpliendo el rol -a través del anonimato- de propaladoras de mensajes políticos.
El primer plano de la cara de la directora de Control Urbano, Gabriela Di Lorenzo, se lució en miles de papeles con la leyenda “Gabriela Di Lorenzo, traidora al peronismo”.
Como se sabe, es persona de confianza del intendente Fabián Cagliardi, concejal electa en uso de la licencia para volver al cargo en una de las áreas más complejas de la comuna.
Di Lorenzo tiene su mayor apoyo por parte de la Cámara de Comercio de la ciudad, y hoy con sus medidas y pasos toca diversos intereses y eso tiene un costo.
El fuego amigo
Dentro de la gestión, el regreso al área de Control Urbano no se dio en los mejores términos. Es que Di Lorenzo volvió y pateó el tablero. Con gente propia y sólo de su confianza lleva adelante el control cotidiano de comercios y demás.
Frente a sus compañeros trata de llevar un vínculo ameno, pero lo cierto es que responde a decisiones sólo del jefe comunal Fabián Cagliardi y eso molesta a varios.
Marotte le devolvió el gesto
Uno de los primeros y hasta ahora el único que salió a bancar a su compañera, fue el edil Gabriel Marotte. Esto responde a una reunión pasada en el área de salud donde el grupo de “las divinas” integrado por Curutchet, Iovanovich y Lommi pretendían planear el futuro político sin Marotte y fue Di Lorenzo quien puso los puntos y bancó al ausente concejal.
Es llamativo cómo desde la agrupación María Roldán aún no se han pronunciado al respecto. Los pasillos hablan del Círculo Rojo quebrado, ya no hay manera de recomponer, dejando en claro la ruptura en la mesa chica.