El cura berissense Guillermo Khidir, mantuvo una charla con el Papa Francisco en el Vaticano, en el marco de sus 25 años de ordenación sacerdotal, al tiempo que recibió la bendición del Santa Padre por ese aniversario especial.
En primera instancia, explicó que esta audiencia se hizo con el “pedido correspondiente” un año atrás, con la intención de poder “saludar al Papa”.
A su vez, valoró el recibimiento de Jorge Bergoglio ya que “estaba mal de salud” y pese a que “suspendió todo”, sí lo recibió a él. “Eso no me lo olvido”, confesó.
Guillermo fue párroco de Berisso durante nueve años: cuatro en Santos Pedro y Pablo de Barrio Banco Provincia y cinco en María Auxiliadora. En la búsqueda de ver al líder de la Iglesia Católica “quería saludarlo, agradecerle y conocerlo por mis 25 años” de sacerdote.
Durante la charla “fue muy fluido y divertido” y definió al Sumo Pontífice como “un joven en cuerpo de viejo, tiene 87 años pero un espíritu, un humor, una rapidez y una nobleza que parece un joven”.
“Le está diciendo a la Iglesia que hay que discernir por dónde pasa Dios durante este tiempo”, ya que “el diálogo con la cultura y con el mundo hace que abra puertas y ventanas para que todos se acercan a Dios y para que todos puedan recibir a Jesús”, reflexionó.
Hizo una visión en particular con el anterior Papa, Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) es una “continuidad” y entre ellos “se llevaban muy bien, se querían mucho”.
“Francisco pone en palabras simples y modernas muchos pensamientos y bajadas de línea de Benedicto”, explicó.
En referencia a la realidad argentina, remarcó que Jorge Bergoglio “está atento a cómo el país ha recibido el cambio de gobierno y quiere y reza para que todo vaya bien” pero él “se interesa del país”.
Declaró que durante la charla “no hablamos de política” pero “él quiere lo mejor para el país”. Ante la consulta, Khidir manifestó que desconoce de una posible visita del Sumo Pontífice a la Argentina.
“Cada vez hay más pobreza extrema, problemas sociales y culturales muy graves que acentúan la pobreza”, por lo que la Iglesia “tiene la misión de salvar a toda persona, de atenderla de sus necesidades materiales como culturales por eso va a estar atenta para pacificar y que la gente esté mejor”.
Ya haciendo referencia a la decisión de dedicar su vida a la fe, reconoció que “es muy difícil, hay un tema vocacional y religioso” y este camino sacerdotal lo pone “muy feliz”.
“El Papa Francisco ha bajado línea que no podemos hacer oídos sordos frente a la necesidad real de la gente de los más humilde. Cuando la Iglesia perdió terreno fue por falta de testimonio, por alejarse de los humildes, o por ostentar, por esa esquizofrenia entre fe y vida”, sentenció el sacerdote de nuestra ciudad.