Ajuste en salud

Trabajador despedido del SAME: "Me da bronca cómo me echaron y cómo están mis compañeros hoy"

Carencias por doquier.
Carencias por doquier.

En diálogo con este medio, Ricardo González, trabajador del SAME hasta diciembre de 2018, momento en el que no le renovaron el contrato, dio detalles del funcionamiento del servicio en la ciudad, marcando la importancia y las deficiencias del mismo.

Esto en el contexto de un profundo recorte en el área de Salud, con trabajadores en distintas áreas, en condiciones precarias, con falta de insumos, condiciones edilicias desfavorables, y demás.

Los contratos se dan de alta en abril y finalizan en diciembre, con una mora de tres meses a prueba. González está desde el primer día, con un turno de ocho horas con quince choferes y tres bases. Al siguiente año se dieron de baja tres trabajadores y los que quedaron fueron “beneficiados” con un aumento de sueldo.

“Este año fue duro porque a los tres que nos sacaron se nos sacó no por no cumplir, sino por no pensar como ellos, calculo yo. En dos años nunca llegué tarde, nunca falté, hice cursos hasta pagué algunos por fuera”, comenzó explicando González.

Asimismo reconoció la importancia del servicio: “aunque hoy no pertenezca debo decir que a Berisso está bien traído, yo trabajé muchos años en el taxi y a los apuñalados los llevábamos en taxi. Lamentablemente no hicieron crecer la idea del SAME, que es muy importante en Berisso. La gente de Salud no tienen eso en claro, lo que tienen en claro es ocupar sus puestos y cuando nos decían ‘hay que ponerse la camiseta’, lo hacíamos”.

Si bien el SAME llegó y descomprimió la emergencia en las calles, resolviendo problemáticas y hasta salvando vidas, a tres años todavía cuestiones quedaron pendientes y que hacen al funcionamiento interno.

“Yo entré al SAME por la bolsa de empleo. Lo que hice me lo gané por mí, es algo que me gusta y sigo sintiendo la ambulancia cuando la escucho. Me da bronca cómo me echaron y me da bronca cómo están mis compañeros hoy”, reflexionó el extrabajador, agregando que continúan los inconvenientes con los pagos, por ejemplo en el retraso de los mismos, así también la insuficiencia en los alimentos para las guardias de 24 horas y las malas condiciones edilicias y de equipamiento para afrontar las guardias.

Aprovechando la ocasión, compartió una anécdota que le quedó marcada y que refleja un poco el trabajo voluntarioso que se hace: “entramos a un barrio, como se dice, marginal y los vecinos salían y nos decían ‘vaya tranquilo a atender que nosotros le cuidamos la ambulancia’ esto en un barrio donde no entra la policía por ejemplo”.

En este sentido, González recordó que hay tres ambulancias y una operativa que “se trajo de salud mental” para la atención en casos particulares, pero la unidad “está siempre en el Tetamanti, duró tres días, dijeron que iba a ser para códigos verdes y la camioneta está ahí, no está funcionando”.

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