BERISSO, Julio 17.-(BerissoCiudad.com.ar) El titular de Agrupación Militancia Julián Carpinetti, ex concejal y ex candidato a edil por el partido Vida de la ciudad de
“En cuanto al sistema electoral, entendemos que en realidad cambiar este sistema absurdo que tenemos beneficia a todos. Los únicos que quizá podrían perder alguna representación en función de esto serían los ganadores, que a veces por este sistema injusto, solamente por el hecho de ganar aunque sea por muy pocos votos, se llevan todos los cargos por un problema de piso, por cuestiones técnicas”, adelantó.
A continuación, la entrevista completa.
RP.- ¿Cuál es tu postura sobre la apertura al diálogo que generó el gobierno provincial y nacional?
Yo creo que es muy positivo que se convoque al diálogo, si bien quizá no es el mejor momento. Sería muy bueno que se hubiera convocado en otras circunstancias políticas, y no que el gobierno nacional necesite de una derrota dura electoral para darse cuenta que es necesario.
Pero más allá de esas circunstancias políticas, es importante que se dé el diálogo y que sea permanente. Esto debería ser una política de Estado y debería ser permanente en todos los tiempos políticos, y en todos los estamentos.
Debería haber un diálogo de los partidos y de los actores políticos y sociales, que precediera a los tiempos electorales y que fuera a nivel provincial y local también, en forma permanente.
RP.- El contenido de la apertura es una de las cosas que más se critica, esto de la reforma electoral, ¿cómo lo ves vos?
Creemos que es muy necesaria una reforma política, con lo cual celebramos que se hable de esto. Pero, por supuesto, pensamos que no es para nada la prioridad de la gente y que no debería ser el único tema. Pero las dos cosas van de la mano, creemos que hay que abrir el diálogo en todos los ámbitos y hablar de todos los temas, pero que la reforma política debería ser un tema a hablar y naturalmente los encargados tendrían que ser los partidos políticos.
En cambio, de todos los otros temas, no solo deben hablar los partidos políticos, sino también los diferentes actores sociales. Nos parece que el ámbito que se ha dado, donde solamente se empezó a hablar con los partidos, es el propicio para la reforma política.
RP.- ¿Cuál es la idea de esta reforma política?
Bueno, eso es otro tema a nivel nacional, que habla de reforma política y realmente no hay un proyecto. Nos parece bien que antes de elaborar algún proyecto acabado se convoque a todos los partidos, porque sino sería más que un diálogo, un monologo, si el gobierno convocara al diálogo con un proyecto cerrado.
Pero, por otro lado, deja mucho qué pensar que no haya todavía, después de varios días de convocatoria, ninguna precisión de en qué consiste. Se habla de internas abiertas y simultaneas, pero esto con el sistema electoral que tiene
Es un tema complejo y que naturalmente abarca a todas las provincias. Hablar de una reforma política de financiamiento de los partidos políticos y del sistema electoral a nivel nacional, sin incluir a las provincias, no tiene ningún sentido, porque solamente las leyes nacionales atañen a las elecciones de diputados nacionales. Y donde quizá más se necesite la reforma es en lo provincial.
Recién ahora el oficialismo, a través de Federico Scarabino, ha presentado algún proyecto, pero todavía no está claro si esa es la línea de trabajo
RP.- Vos nos decías off the record, que esta reforma a los únicos que perjudicaría sería a los intendentes y a los ganadores: ¿Por qué se daría esta situación?
Saltando de tema, nosotros estábamos hablando del proyecto de reforma electoral que se conoció de Federico Scarabino, de pasar del sistema absolutamente injusto que tenemos en la provincia de Buenos Aires, a utilizar el sistema D' Hont, con un piso del 3 por ciento del padrón, que es lo que se conoció de uno de los proyectos presentados, además de la eliminación de las listas espejos y colectoras.
Pero en cuanto al sistema electoral, entendemos que en realidad cambiar este sistema absurdo que tenemos beneficia a todos. Los únicos que quizá podrían perder alguna representación en función de esto serían los ganadores, que a veces por este sistema injusto, solamente por el hecho de ganar aunque sea por muy pocos votos, se llevan todos los cargos por un problema de piso, por cuestiones técnicas.
Como ejemplo, cuando el intendente Alak ganaba con menos de la mitad de los votos y se llevaba los seis cargos de diputados en disputa, que es completamente ridículo. A veces beneficia a uno y a veces a otro, pero claramente es injusto. Y eso vemos como positivo, además lo apoyamos y nosotros como fuerza política que estamos empezando a construir, creemos que es muy importante que se pueda tener representación parlamentaria sin necesidad de pisos absurdos. Creemos que es muy beneficioso para la formación de nuevas propuestas políticas.
RP.- Para tener una idea, en el caso de la última elección, si se hubiera aplicado este nuevo sistema, ¿el resultado hubiera sido similar?
Es curioso, esto cambia de elección en elección. Lo que está claro es que el sistema D' Hont con piso sería justo en cuanto a la representación por cantidad de votos en cualquier caso. En cambio este otro sistema no. En esta ultima elección a nivel de concejales, aplicando el sistema que se quiere aplicar, el reparto hubiera sido exactamente el mismo, pero en la del 2003 cuando yo fui candidato como cuarto concejal, yo hubiera sido electo y hubiera cambiado absolutamente, en esta sección y en la séptima, en caso de qué y cuántos cargos haya en juego y cuántas fuerzas lleguen al piso.
En algunos casos no cambia mucho, pero en otros es diametralmente opuesto, como decía. Y en la próxima elección, en
RP.- Con respecto a la convocatoria a internas, ¿cómo repercutiría una reforma de este tipo a nivel presidencial?
Repercutiría mucho, pero hay que ver cuál sería el sistema. Hoy se habla de reforma política, que es necesaria, pero nadie da precisiones de hacia dónde se apuntaría. Se habla de reforzar los partidos políticos pero hay como una intención del oficialismo, por lo menos en lo que sale en los medios off the record, como de volver a un bipartidismo, UCR y PJ.
Pero eso en la práctica política no existe. De hecho muchos de los referentes del peronismo disidente o como se los quiera llamar, desde ya dijeron que no van a participar de la interna del PJ, otros sí. Y en caso que no se vaya a un sistema bipartidario sino que haya varias fuerzas políticas, habría que estudiar cuál es el sistema que se aplica. Porque se habla como modelo el tema de las primarias en Estados Unidos, cuando es un sistema exclusivamente pensado en un bipartidismo.
Por supuesto que hay partidos menores en ese país, pero los dos fuertes son el 99 por ciento, en Argentina esto no pasa. Aun en el 83, cuando había un bipartidismo fuerte, ahí el PI sacaba un millón de votos y nunca fue un sistema bipartidario puro.
Me parece muy poco probable que eso se pueda reformular de un día para el otro. Entonces habría que pensar qué sistema se puede aplicar más similar a los europeos, donde en casi ningún país hay dos partidos excluyentes.
RP.- ¿Esto cambiaría la estrategia electoral de algunos intendentes que apostaban a crear candidatos truchos para dispersar los votos y aumentar las minorías?
Exactamente, saltando una vez más de tema. El sistema de reparto de cargo haría que tuviera menos sentido esta jugarreta sucia de inventar candidatos para dividir los votos, que algunos no lleguen a los altos pisos que se establecían y que no puedan entrar en el reparto.
Hay muchos casos, por ejemplo el intendente de Florencio Varela, en elecciones pasadas logró ingresar la totalidad de los concejales, y eso no es justo porque para tener los diez cargos tendría que tener el 80 por ciento de los votos, porque con el 40 no le tendría que correponder.
RP.- Se habló de la apertura al diálogo en provincia y Nación, ¿qué sucede a nivel local? En su momento el intendente Pablo Bruera había convocado a la oposición, recuerdo el caso con el titular de
Como fuerza política nueva nunca fuimos convocados, y entendemos que nunca lo seremos, porque el intendente solo convoca a quienes previamente negociaron con él. No hay vocación de diálogo con quienes tienen alguna diferencia con sus políticas y en los medios no se ha hablado más del tema. Así, cualquier diálogo, desde cualquier punto de vista, es un diálogo de sordos, porque solamente asisten los aliados circunstanciales.
En la última elección,