Con una economía en el foco de la tormenta, donde la inflación, el dólar y el pago al Fondo Monetario Internacional son una constante en la rueda sobre la que gira nuestro país, parecería que las políticas implementadas hasta el momento son las acertadas.
Sin cantar victoria, pero con los ojos atentos a lo que se viene, el economista Leo Anzalone brindó un panorama general sobre la actualidad argentina, programas, proyectos y el accionar del Gobierno.
"Las medidas del gobierno evitaron que 4 millones de argentinos caigan en la pobreza"
— Leo Anzalone (@LeoAnzalone) July 1, 2020
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Sin dudas la pandemia vino a complicar una situación que Argentina arrastra desde varios años, “porque no hay que olvidar que el Gobierno anterior se fue con el 56 por ciento de inflación anual, 40 por ciento de pobreza, entre otras cuestiones que ahora tenemos que afrontar”.
En diciembre de 2019 había 8 millones de argentinos que pedían ayuda alimentaria y hoy son más de 11 millones, “por lo cual, este va a ser un año muy difícil, con una recesión muy profunda donde la actividad económica está por el suelo”, anticipó Anzalone.
En medio de esto, “el Gobierno va resolviendo sobre la marcha, y su accionar es algo que divido en dos partes. Una de ellas vinculada a las medidas adoptadas, que me parecen muy acertadas; y la otra, el crecimiento en la implementación de dichas medidas”.
El ejemplo mencionado fue el IFE “una medida muy buena, debido a su trasferencia directa, que hace que en el mundo se hable de Argentina. Y mientras el resto lo debate, nuestro país ya lo tiene”. Gracias a ello, señaló, contamos con un registro de gente que estaba oculto; “ahora el Estado sabe de su existencia y tiene que responder acorde a ello”.
Seguidamente indicó que hay tres pilares “que están funcionando muy bien”, como el Ministerio de Desarrollo Social, el Ministerio de Desarrollo Productivo y el Banco Central “que en una primera etapa fue un poco tibio pero actualmente está llegando a todas las áreas”.
En relación a las inversiones, “lo primero que hay que entender es que el Estado está haciéndose cargo de los problemas; teniendo la premisa de que el problema mayor es la salud, poniendo el aparato estatal para resolver todo el esquema”.
En tanto, con el Fondo Monetario Internacional "tenemos una relación de adolescentes noviando", porque "por un lado se le debe mucha plata, producto del endeudamiento anterior. Sin embargo, la discusión pasa por lo que se le debe a los fondos privados".
Más allá de eso, “con la nueva presidenta del Fondo hay un entendimiento, porque el Gobierno quiere pagar su deuda. Y si bien no sabemos qué va a pasar todo va tomando su rumbo”.
En el caso de las privadas, la agenda apunta al conflicto con la empresa Vicentin, “lo cual es un tema particular, donde la intervención de parte del Gobierno tomó un rol estratégico para que los muchachos no se hagan los vivos e ingresen los dólares; pero también para entrar a jugar en el mercado de los alimentos. Sin olvidar que con esta multinacional está el tema de los puestos de trabajo de por medio”.
“Porque este es un Gobierno capitalista con la mirada en el pueblo. Sus intenciones están puestas, sin ningún tipo de dudas, en la preservación y generación de nuevos puestos de trabajo”, añadió.
Por último, aclaró la incertidumbre respecto al dólar: “lo que pasa es que los argentinos tenemos memoria histórica, y su falta es el mayor problema en nuestra economía. Pero el dólar que hay que mirar y el que importa es el del Banco Nación y el Dólar Solidario, que es el costo del dólar del Banco Nación más un impuesto que se puso a principio de año”.
“Lo demás tienen que ver con una especulación. Y ante esto el Banco Central dispuso medidas y hoy a las pruebas me remito está todo mucho más tranquilo”, apuntó.
“Las circunstancias que estamos viviendo van a llevar a que muchas cosas se rediscutan. De nuestro lado, tenemos que hacer un esfuerzo mayor para tratar de comunicar las medidas que se vienen adoptando. El desafío será ser empático, escuchar a la gente, y darle las herramientas para que pase este tiempo de la manera menos traumática”, concluyó el economista.