Hacia fines del año 2012, desde el Honorable Concejo Deliberante de Berisso presentaron un proyecto de ordenanza solicitando modificar los límites entre nuestra localidad y la ciudad de Magdalena.

La idea de aquel entonces comprendía incorporar a Berisso una porción de alrededor de 3 kilómetros.

Desde este portal de noticias, años atrás, se publicó la temática y se puntualizó que el pedido berissense hacía mención a que “los nuevos límites sean al noroeste el eje del espejo de agua del canal de entrada al puerto, siguiendo por el eje del gran dock y dique de maniobras hasta encontrar las vías del Ferrocarril General Roca y por el eje de estas vías en línea recta, hasta la calle 122; al noreste, el Río de la Plata; al sudoeste la Ruta provincial 11 camino de Magdalena que se identifica con la calle 122 hasta el límite con el partido de Ensenada, y por último al sudeste el eje del camino vecinal que va desde la ruta 11 hasta el Río de la Plata, geoubicado bajo coordenadas aproximadas 34º 94.2º 76.5º sur, -57º 66.8º 21.2º oeste”.

Quienes en aquel entonces impulsaron la iniciativa -que generó revolución en la región- fueron la actual presidenta del cuerpo legislativo, Vanesa Queyffer; el edil del bloque de Todos, Sebastián Mincarelli y el concejal mandato cumplido, Darío González.

“La línea que divide Berisso de Magdalena, es una línea imaginaria”, comentaron actualmente a este medio conocedores del tema que fueron consultados por haber abordado el proyecto en aquel entonces.

Se reflotó la cuestión a raíz de los hechos del pasado fin de semana cuando siete ciclistas ingresaron por zona de Magdalena a las costas con la intención de empalmar en La Balandra. El río les jugó una mala pasada y quedaron atrapados.

Más allá de haber estado a la deriva en cuando a los límites entre las dos ciudades, aparentemente los ciclistas se encontraban en zona de Magdalena, pero debió intervenir personal de seguridad de la ciudad de Berisso.

Todo salió bien, afortunadamente. Sin embargo, el suceso hizo desempolvar (al menos en el recuerdo) aquel proyecto que nunca fue tratado por el cuerpo y “se cajoneó”.