Desde hace tiempo, en calle 30 entre 166 y 167 yace un pozo que se configura como una verdadera trampa urbana.

lejos de tener solución, su dimensión crece con el paso del tiempo. Ante esto, los vecinos de la zona decidieron visibilizar la situación con el objetivo de que las autoridades tomen las medidas preventivas y así “evitar accidentes”.

Se trata de un pozo que parecía algo insignificante pero “ante la falta de intervención se extendió por debajo del asfalto dejando un hueco enorme”. Actualmente, describieron, “tiene una dimensión de dos metros y abajo hay un caño perdiendo agua continuamente se ‘come’ la calle en manos carriles”.

Cabe consignar que está ubicado en una zona donde la circulación es constante; los micros, camiones, vehículos y transeúntes, son parte del cotidiano reconocido de la calle 30.

Antes de la cuarentena, los frentistas se reunieron para hacer los reclamos correspondientes, pero “lamentablemente no pasó nada”.  Y ahora, a pesar de las quejas y la preocupación, “nosotros no podemos hacer nada, debido al aislamiento”.

Sin embargo, señalaron que “más allá de todo, el pozo sigue, al igual que la circulación; por lo tanto sería de suma importancia que se efectúen las gestiones y arreglos, sobre todo para evitar mayores accidente”.