En el marco del aniversario de la ONG Don Bosco, BerissoCiudad dialogó con su referente, Ana Pedrosa, quien se refirió a la incidencia de la institución en niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
“Estamos atravesando este aniversario con muchos mimos. Si bien no nos podemos juntar por el tema de la pandemia, habíamos organizado para hacerle a los chicos un delivery con unos regalitos, pero vamos a dejarlo para la próxima semana”, comenzó informando Pedrosa en cuanto a la celebración, asegurando que de todos modos no se quedaron sin sorpresa.
Hace 24 años que Don Bosco trabaja en la contención, capacitación, formación de generaciones “han pasado muchos chicos, chicas, mucha gente linda”, ponderó.
Hoy Don Bosco no cuenta con sede propia, sin embargo eso no es un impedimento para seguir.
“Después de más de veinte años se dio esto de no tener casa, cómo la teníamos en la 11. La señora que nos alquilaba la quiso vender y nosotros no la pudimos comprar y nunca pudimos tener nuestra casita, pero la casa son ellos”, relató Pedrosa.
“La casa es cada pibe y cada persona”, subrayó la referente para luego comentar que sigue funcionando el equipo técnico que “es un orgullo”, ya que hay -por ejemplo- dos trabajadoras sociales de las cuales una de ellas asistía a la ONG desde pequeña; la abogada Maitena, quien también formaba parte de Don bosco; también publicistas, operadores comunitarios, entre otros.
“Hoy se juntan de a grupos, en burbujas, van casa por casa, se juntan en las plazas y el Centro de Fomento Villa Nueva que nos prestó un lugar”, manifestó Pedrosa.
Hay que recordar que la ONG funcionó en sus orígenes distintos espacios y la casa propia es, sin lugar a duda, “el sueño”.
“Ojalá llegue el día en que podamos tener la casa y si no, será cómo fue siempre. Empezó en las aulas de la Escuela 19, siguió en la salita 43, luego en la 8, en mi casa donde siempre está la puerta abierta y luego en la calle 11. Quizás sé de o no, pero lo importante es estar cerca de los jóvenes”, sentenció.