“Escuchar a todos, trabajar con todos”, “A este país lo hacemos entre todos”.

Estas palabras nacen de la efervescencia discursiva de campañas electorales. Palabras que construyen frases, que en estos contextos suenan esperanzadoras, motivadoras y en el fondo creemos que las “cosas” van a cambiar para mejor.

TODOS es la palabra en la que nos vemos reflejados, la que nos incluye y nos hace partícipes y responsables. TODOS. TODOS los que nos creemos “los buenos” pero también TODOS los que nosotros creemos que son “los malos”. TODOS somos parte de una misma sociedad.

La tan publicitada “inseguridad” es una clara consecuencia de hechos anteriores. Está en su punto más alto y TODOS estamos asustados. Hasta ahora, desconocíamos el real peligro de ver un pibe armado pidiéndonos “dame TODO lo que tengas”.

A Usted lector por favor: levante la mano el que se levanta todos los días para ir a trabajar y se preocupa por no perderlo, lleva a sus hijos a la escuela y les inculca firmemente  la responsabilidad del trabajo honesto. Gracias, muy amable.

Ahora le pregunto, por qué lo hace? Respuesta: porque es lo que vio toda la vida en su casa. Porque seguramente sus padres lo han hecho y, sin palabras y con el ejemplo le han enseñado que “eso” es lo que corresponde.

Un pibe no nace chorro. Es “eso” lo que ve desde que nace. Un pibe chorro desprecia la vida de los demás porque nadie le mostró que la suya vale. Un  pibe chorro nunca tuvo un baño limpio, una ducha caliente, una frazada perfumada, un beso antes de dormir, un cumpleaños, una mamá que le controle la tarea.

CUANDO UN PIBE POBRE DELINQUE GENERA OLAS DE INSEGURIDAD.

CUANDO UN PODEROSO DE SACO Y CORBATA DELINQUE, GENERA POBREZA.

Y así empieza la rueda.

Para que un pibe tenga un arma, un mayor se la vende y recauda el botín. Para que un pibe consuma droga, un mayor se la vende, para que un pibe se prostituya, un mayor lo manosea.

La baja de imputabilidad se mira de reojo con la pena de muerte. Los presos son “tumberos”, muertos en vida.

El menor que “sale de caño” tiene un papá y una mamá (si los tiene) de un poco más de 30 años. Abuelos de no mucho más de 50. Tres generaciones que conocieron la caja del PAN, el plan de $150, las becas, los colchones, la bolsa de comida, las chapas, la garrafa social y las viviendas dignas de los planes populares.

Tres generaciones que el Estado no les enseñó a independizarse. Tres generaciones que vivieron sin conocer la dignidad del trabajo.

Ahora los de saco y corbata piden “tumba” para los menores.

TODOS somos responsables de la inseguridad. Por acción u omisión. TODOS.

Quisiera recordar que fue Eva Duarte la que subió la edad de imputabilidad de los menores. Quizá, a alguno que la dibuja en las boletas le sirve el dato…

Repaso en la memoria y encuentro el mejor ejemplo: Carlos Cajade. Ningún pibe volvió a delinquir. Revelo la fórmula secreta: AMOR Y TRABAJO.

Sonó decadente escuchar al coordinador de Derechos Humanos interpretar y reinterpretar las palabras del Intendente como si tuviera una prosa florida llena de adjetivos y metáforas que había que desmenuzar para su comprensión.

Seguramente entre TODOS encontraremos la solución inmediata y a largo plazo. Por favor no lo intente, los milicos ya no tienen cabida.

JUNTA INTERNA DE DELEGADOS DE ATE en la Municipalidad de Berisso

CENTRAL DE LOS TRABAJADORES DE LA ARGENTINA seccional Berisso