Un caso de crueldad animal conmociona a los vecinos de Berisso, tras el hallazgo de una perrita ahogada en el río de la Plata, cerca de la Isla Paulino. La joven cachorra, de apenas seis meses, fue encontrada con una soga atada al cuello y a una piedra pesada, utilizada para sumergirla y provocar su muerte.
El hallazgo fue realizado por un pescador, quien encontró el cuerpo flotando parcialmente en el agua. Inmediatamente, organizaciones como la ONG PRODEA, la Municipalidad de Berisso y vecinos de la zona denunciaron el hecho, exigiendo justicia y una investigación exhaustiva.
Una sospechosa en la mira
Según trascendió en redes sociales, una mujer, dueña de la cachorra fallecida, fue señalada como la principal sospechosa. Publicaciones de Instagram indicaron que la piedra utilizada tenía el mismo color que la casa de la acusada, lo que desató una oleada de acusaciones en su contra.
Sin embargo, en declaraciones a este medio, voceros de la protectora de animales confirmaron que no existe evidencia directa ni testigos que vinculen a la mujer con el acto de crueldad. "Solo se sabe que el animal era de su propiedad. No hay testimonio alguno que indique que ella haya cometido este aberrante hecho", aclararon.
La respuesta de las autoridades
Tras el descubrimiento, se realizó una denuncia penal bajo la Ley Nº 14.346, conocida como Ley Sarmiento, que sanciona el maltrato y la crueldad hacia los animales. La investigación está a cargo de la UFI Nº 5 del Ministerio Público Fiscal de la Provincia de Buenos Aires, con intervención de la departamental Nº 3. Además, personal policial, de control urbano y veterinarios se presentaron en la Isla Paulino para relevar más información y recabar testimonios.
La familia de la perrita también relató momentos de profundo dolor. Según su testimonio, la cachorra desapareció el domingo por la noche y fue encontrada sin vida el lunes antes del mediodía. Actualmente, sus dueños cuidan de otros animales, entre ellos la hermana de la fallecida, de la misma camada, y tres gatitos.
Un llamado a la reflexión
El caso despertó una fuerte indignación en redes sociales y entre los defensores de los derechos animales. Además de exigir justicia, las organizaciones recordaron que el maltrato animal es un delito penado con hasta un año de prisión.
"Esto no puede quedar impune. Es fundamental que las autoridades avancen con la investigación y que se garantice la protección de los animales en la isla", expresaron desde la ONG PRODEA.
El caso también reaviva el debate sobre la importancia de denunciar situaciones de maltrato y fomentar la tenencia responsable. Mientras tanto, la comunidad espera avances en la investigación para esclarecer los hechos y que la justicia actúe con todo el rigor de la ley.
