Caos

El vandalismo en el transporte público: 62 unidades dañadas y ninguna respuesta de las autoridades

Desde el 23 de noviembre, los trabajadores de las líneas de colectivos Este, 520 y 202 viven una creciente ola de vandalismo y violencia que no solo pone en riesgo a los conductores y pasajeros, sino que también ha dejado un saldo alarmante de cerca de 40 unidades dañadas. El foco de los ataques se concentra principalmente en la zona entre la Ruta 11 y las calles 600, 604 y 611, afectando barrios como Villa Montoro y Villa Elvira.

Este martes, 14 de enero, la situación empeoró aún más. Los empleados reportaron que ya son 62 las unidades afectadas, y lo más preocupante es que las autoridades no han tomado medidas efectivas. "Gracias a Dios no hemos tenido heridos hasta ahora, pero a partir de la tarde comenzaron a salir unidades con ventanillas rotas. Algunas tienen solo una ventanilla, lo que demuestra el nivel de vandalismo que estamos viviendo", comentó uno de los trabajadores afectados. La frustración crece, ya que no se han recibido respuestas ni de las autoridades locales ni de las empresas. "Nadie se contactó con nosotros, es una vergüenza", agregaron.

El modus operandi de los atacantes sigue siendo el mismo: menores de edad arrojan piedras a los colectivos en movimiento, sin que se pueda evitar el daño o la amenaza a la seguridad de quienes viajan. Los empleados temen que, de continuar esta situación, se repita la tragedia de 2016, cuando un piedrazo causó la muerte de una persona.

A pesar de las denuncias reiteradas y la presentación de pruebas fotográficas y testimoniales, las autoridades no han implementado medidas concretas para detener los ataques. Como respuesta a esta falta de acción, los trabajadores han colocado carteles en las unidades vandalizadas con la leyenda "Unidad Vandalizada" para visibilizar el problema.

Uno de los mayores reclamos de los trabajadores es la ausencia de efectivos policiales en las unidades, una medida que en el pasado ayudó a reducir los ataques. Sin embargo, los incidentes siguen ocurriendo de forma aleatoria, lo que dificulta cualquier intento de prevención.

"No queremos que esto termine en una tragedia, pero si la situación sigue así, es solo cuestión de tiempo", advirtieron, mientras exigen medidas urgentes para garantizar la seguridad tanto de los pasajeros como de los trabajadores.

El temor e incertidumbre crecen a medida que la violencia aumenta, y la falta de respuestas efectivas por parte de las autoridades sigue siendo una preocupación central. Los trabajadores de las líneas de colectivos Este, 520 y 202 insisten en que es necesario tomar medidas inmediatas para frenar esta crisis antes de que sea demasiado tarde.

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