Carta de lectores

Enciende la llama

Por Martín Solé
Por Martín Solé

Las antorchas que podemos ver desde la Avenida del Petroleo y desde la autopista Balbin pueden quemar en un año unos 250.000 kg de gases tóxicos. Los vecinos de la refinería no respiran un buen aire y sus pulmones estarán cada vez mas afectados.

 

Desde 1925 funcionan las actividades de refino de crudo petrolero en la cercanías de la ciudad de La Plata, han pasado más de 75 años, 75 años de emisiones tóxicas al medio ambiente, 75 años de orgullo petrolero y una obligada y poluida calidad de vida de los habitantes de las zonas aledañas.

 

Hoy nadie parece sospechar que alguien pueda pensar en erradicar la destilería, en forma escalonada como por ejemplo a unos 50 km de cualquier centro urbano. ¿Pero si lo hubiese? Cualquier plan de este tipo  obligaría a reducir progresivamente el caudal, la cantidad de petróleo tratado por día, la cantidad de litros de crudo que el proceso actual de refino utiliza.

 

¿Se puede lograr en un lapso de diez o menos años?. La agenda que deberíamos todos, el gobierno, los ciudadanos y la empresa construir tienen que girar en este sentido si queremos una futura ciudad con una mejor calidad de vida, una ciudad que siga viviendo del refino sin por ello estropear los barrios de las zonas aledañas, la flora y la fauna costera del lugar sin tener que conformarnos con exponer el medio ambiente en un museo.

 

 

Martín Solé

24998165

Ingeniero Químico

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