Desde el 23 de noviembre, trabajadores de las líneas de micros Este, 520 y 202 denuncian una ola de actos vandálicos que afecta gravemente la seguridad de conductores y pasajeros. Según relataron los propios empleados, cerca de 40 unidades han sido atacadas en menos de dos meses, principalmente en la zona comprendida entre Ruta 11 y las calles 600, 604 y 611, abarcando barrios como Villa Montoro y Villa Elvira.

Los ataques, que suelen ser perpetrados por menores de edad durante la noche, incluyen el lanzamiento de piedras contra los vehículos en movimiento, lo que representa un riesgo directo para los conductores y pasajeros. "No queremos que ocurra lo que pasó en 2016, cuando un piedrazo terminó con la vida de una persona", advirtió un trabajador de la empresa.

A pesar de que las denuncias han sido presentadas ante los organismos correspondientes y cuentan con pruebas fotográficas y testimonios, hasta el momento no ha habido respuestas concretas por parte de las autoridades ni de la empresa. "Cada unidad vandalizada llevará un cartel grande que diga 'unidad vandalizada' para visibilizar esta situación", explicaron.

La falta de efectivos policiales dentro de los colectivos, una medida que en otras oportunidades funcionó como disuasión, agrava aún más el panorama. Los trabajadores señalan que la situación es aleatoria, lo que dificulta cualquier tipo de prevención efectiva.

"No queremos llegar a una tragedia, pero si esto sigue así, es cuestión de tiempo para que ocurra algo peor", advirtieron desde el sector.

Mientras tanto, la incertidumbre y el temor siguen creciendo entre los conductores y pasajeros que utilizan diariamente estas líneas para trasladarse por la ciudad. Los trabajadores esperan una pronta respuesta de las autoridades para frenar esta preocupante escalada de violencia.