Investigación y recuerdo

Un video de la Facultad de Artes pone en vigencia el caso Nahiara: la lucha por una salud digna sigue vigente

A una década del fallecimiento de Nahiara Fernández, un documental realizado por estudiantes de la Facultad de Artes de la UNLP revive la dolorosa historia que desnudó la crisis sanitaria en el Hospital Mario Larraín de Berisso.

El audiovisual sigue los pasos de Ana Babán, madre de Nahiara, quien desde 2014 encabeza una lucha incansable contra la negligencia y corrupción en el sistema de salud local. La niña, de solo 9 años, perdió la vida tras un diagnóstico erróneo de neumonía avanzada realizado por el médico Darío Corazza, en un contexto de precariedad estructural y médica que aún hoy genera indignación.

El legado de una madre y el grito de “No más Nahiaras”

El documental, obra de Ana Laura Cohort, Franco Cicchino, Valentina Carrizo, Emily Carmelino y Josefina Bujanzi, pone en primer plano el testimonio de Ana, quien relata su lucha para transformar el hospital y evitar que otras familias pasen por el mismo calvario.

“Prometí a mi hija que lucharía hasta que las cosas cambien, pero queda mucho por hacer. No quiero que nadie más sufra lo que sufrimos nosotros”, expresó Babán en el material.

El caso de Nahiara expuso no solo la falta de insumos y la negligencia médica, sino también las falencias en la gestión hospitalaria y municipal, que llevaron a un colapso del sistema sanitario local.

Reformas insuficientes y corrupción enquistada

A pesar de los cambios realizados tras el fallecimiento de Nahiara, las denuncias por corrupción y falta de compromiso persisten. Ana señala a funcionarios y responsables del hospital por lucrar con los recursos y no cumplir con su deber.

“El Puerto renovó la pediatría, pero aún falta mucho. No alcanza con reformas edilicias si no se eliminan los manejos corruptos y la negligencia”, remarcó Babán, quien continúa su lucha bajo el lema “No más Nahiaras”.

Un llamado a la conciencia colectiva

El documental no solo rescata la memoria de Nahiara, sino que interpela a toda la sociedad a exigir un sistema de salud que priorice la vida. Es un recordatorio de que la lucha por la justicia y la dignidad no debe detenerse.

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