Las condiciones con las que debemos enfrentarnos como sociedad son, cada vez, más difíciles. Difíciles para el Pueblo. Tarifazos, quita de subsidios al transporte y los servicios. Represión en las manifestaciones; paritarias que no llegan -ni siquiera- a la mitad del valor de la inflación. Despidos cuya consecuencia directa, es la generación de casi dos millones de nuevos pobres, sumado a la prepotencia con la que el gobierno de Mauricio Macri aplica las medidas neoliberales (o posneoliberales, porque como dijo el periodista Horario Vertbizky, el neoliberalismo todavía tenía, en la década del ‘90, una cuota de humanidad).
Un gobierno que ha llegado al poder con un discurso “republicanista”, y que no ha tomado una sola medida democrática a través del Congreso. Los tres primeros meses de la presidencia del PRO, fue realizado a dectretazos. Desguazando leyes como la de Servicios de Comunicación Audiovisual, que tantos años llevó discutir y finalmente, en una devolución de gentilezas, el presidente les sirve el favor a quienes apoyaron y financiaron su candidatura (como los dueños y gerentes del Grupo Clarín); entre empresarios del petróleo (como Juan José Aranguren, CEO de la Shell, ahora devenido en Ministro de Energía y que no deja de incurrir en el delito de conflicto de intereses).
A nivel local, en Berisso, la quietud y falta de aplicación de cualquier tipo de políticas, deja en evidencia la idiosincrasia de ineptitud del Intendente, de cuyo mandato sólo se han publicado en letras de molde hechos de maltrato, violencia y despidos dentro de su Municipio.
No obstante, la Provincia gobernada por María Eugenia Vidal, comienza a sufrir los batacazos de los gremios.
Es una marca registrada del PRO implementar políticas, medir la temperatura social, si la gente sale a la calle, si genera mucho malestar la revierten en su totalidad, o parcialmente. En el camino han dejado gente sin trabajo y sin comida. O sin boleto estudiantil. Pero el Pueblo está demasiado empoderado como para dejar pasar ese derecho por arriba, y salió a protestar. Y un sector de la Justicia (que no trabaja para el poder real, sino que está a favor de los derechos y garantías del Pueblo) impidió a Vidal la reforma que limitaba el Boleto estudiantil, y no le quedó otra alternativa que mostrarse, en un spot publicitario, lo contenta que la ponía la consolidación del Boleto, a partir de agosto.
Todo esto se da en un marco en el que se cumplieron 64 años del fallecimiento de Evita, la Jefa Espiritual de la Nación; y 62 años del natalicio del Comandante Hugo Chavez.
Este último acontecimiento, provocó la reaparición pública en Buenos Aires, de Cristina Fernández de Kirchner -el último jueves- que pone paños fríos a la situación, pero a la vez deja instrucciones a la militancia porque, además de irradiar una estela de alegría, arroja directivas sutiles.
Por eso, como Juventud Peronista y, siguiendo con las verdades de nuestra Doctrina como único camino hacia la unidad, creemos que la coyuntura nos obliga a colocarnos de un mismo lado, que es en contra del cercenamiento de los derechos que logramos adquirir -y readquirir- a lo largo de los 12 maravillosos años que nos brindaron Néstor y Cristina.
Porque son el ejemplo de que se puede pelear contra el Imperio y el establishment (los dueños de todas las cosas) y nos han dejado las huellas para saber por dónde ir, porque es una realidad el hecho de que "vamos a volver".
Tenemos en claro que si no hay Justicia Social, no es posible la unidad del Pueblo. Debemos saber pelear contra el adormecimiento mediático que nos ofrece a diario el neoliberalismo a través de sus canales oficiales.
La Juventud Peronista de Berisso, en unidad, está preparada para construir y defender. Porque como dijo CFK "Las cosas no llegan por derrame. Las cosas llegan por construcción. Llegan por convicción".
Juventud Peronista de Berisso.