Por Maxi Pérez (@perezmaxi), corresponsal de NOVA en Casa de Gobierno y Legislatura
Nadie puede negar que Cristina Fernández de Kirchner sigue siendo una de las dirigentes con mayor apoyo a nivel nacional, y además cuenta con una masa crítica de votantes cautivos que se ubica muy por encima de los núcleos duros de acompañamiento de los referentes de cualquier otro espacio político en Argentina.
El problema de la ex mandataria, que comparte con muchos de los que fueron funcionarios durante su gestión, es su nivel de imagen negativa, que también supera ampliamente la de cualquier representante de otros espacios, sin embargo en la inédita coyuntura de un escenario político dividido en tres podría convertir eso en una ventaja.
Desde su primer regreso desde el sur para presentarse en los tribunales de Comodoro Py en la causa por el dólar futuro, CFK inició un recorrido de campaña que ha tenido variantes y giros de timón inesperados para el kirchnerismo en otros momentos y que empiezan a preocupar a otros sectores de la oposición.
La hipótesis central del oficialismo de cara a las elecciones legislativas del año que viene incluía a la ex presidenta con un perfil alto y una presencia destacada y disruptiva en el peronismo, oficiando casi como "tapón" para evitar la unidad del movimiento fundado por Juan Domingo Perón.
Lo que no estaba en los planes del macrismo era que aún con José López detenido y explicando que los millones de dólares que transportaba en bolso provenían de la política, CFK cambiara su estrategia y por primera vez en años adoptara una actitud conciliadora con el resto del peronismo.
¿Y si te ganan en primera vuelta?, planteó hace más de un año atrás Francisco De Narváez, dando cuenta de que la oposición no tenía margen de acción si quería triunfar frente a un kirchnerismo que estando herido aún podía presentar batalla. Hoy esa pregunta podría traducirse en un ¿y si a pesar de todo CFK todavía los puede juntar?.
Los números parecen acompañar esta hipótesis y cada vez mas encuestas demuestran que aún con una imagen negativa verdaderamente alta, Cristina podría dar un batacazo y triunfar en las elecciones legislativas si encabeza una lista que incluya a otros sectores del peronismo. Además, la presencia siempre expectante de Daniel Scioli, con foto en el instituto Patria incluida, ha demostrado ser otro elemento a tener en cuenta a la hora del "poroteo" electoral.
Una combinación de ex presidenta y ex gobernador, si bien no es garantía de triunfo, hoy por hoy podrían explicar 1 de cada 3 votos de los bonaerenses, dejando al massismo en segundo lugar con un número similar y dejando al oficialismo en un comodísimo tercer lugar, dividiendo votos con el troskysmo y espacios provinciales menores.
En cada una de las pocas entrevistas que brindó la ex titular del ejecutivo a los medios, deslizó su intención de no ser protagonista en la compulsa 2017, incluso en el entorno de la ex presidenta aseguran que repite hasta el cansancio que "no quiere ser" y por eso insiste con la necesidad de construir un "Frente Ciudadano" que empodere a los sectores populares.
Claro que en política un "no" nunca es definitivo y por eso es que la estrategia de una CFK potencial candidata por la provincia de Buenos Aires, ha girado de manera contundente y es cada vez menos notoria la presencia de las huestes camporistas en sus apariciones, y ha comenzado a desarrollar un tono pretendidamente conciliador hacia otros sectores del peronismo, incluido Sergio Massa, a quien muchos ultra K tildan de traidor.
Desde el oficialismo trabajan contra reloj y con billetera en mano para captar antes del cierre del año a la mayor cantidad de jefes comunales de otros espacios, porque aún confiando en la tracción de la principal figura del PRO que es Vidal, los operadores saben que el problema es la falta de control territorial, vital en elecciones de medio término, sobre todo en momentos en que el humor social se mide en relación a los tarifazos y la inflación.
Una derrota en la provincia, ante cualquier adversario, complicaría las chances de continuidad del macrismo en territorio bonaerense, pero sobre todo a nivel nacional. Un tercer lugar, como indican hoy las encuestas, complicarían incluso las chances de gobernabilidad durante los últimos dos años de gobierno de la Alianza Cambiemos.