BERISSO, Mayo 24.-(BerissoCiudad.com.ar) Diego Adolfo Sconza tenía 40 años y sólo unas pocas horas antes de morir se reunió con amigos para hablar de motos y de rock, sus dos grandes pasiones. Desde que llegó de San Miguel del Monte, hace 10 años, se ganó la vida en diferentes empleos con el proyecto de armar su banda, escribir y dedicarle tiempo a su otro hobby, el armado de motos antiguas de colección, algo que concretó cuando se subió a
Mariana y Manuela, dos de sus hermanas, quebradas por el llanto, pidieron justicia: "nos enteramos del accidente a las 5 de la mañana y cuando llegamos a
Diego había nacido el 11 de marzo de 1969 en San Miguel del Monte, su madre es una reconocida docente de esa ciudad y su padre, constructor. "Mi hermano iba y venía de una ciudad a otra, ahora vivía en Berisso, siempre le gustó la música y escribir, incluso publicó un libro con la historia del pueblo. Era el mayor y siempre nos cuidó, tenía temor de que nos accidentáramos, era tan responsable que a esa hora de la madrugada igual respetó el semáforo. Tenía muchos ideales, todos lo querían", contó Manuela.
Los amigos, la otra familia, ayer intentaban dar consuelo a las hermanas: "fue la más querible de las personas que conocí en mi vida, un ser extraordinario, un rebelde con ideales de verdad", resumió Diego Discioscia, uno de los jóvenes con los que soñaba armar una banda de rock.
"La mayoría somos gente del interior que acá nos asociamos para vivir el día a día. Hacíamos música por diversión y armábamos motos como la de él porque tenemos el verdadero espíritu de los motociclistas, no como esta banda de tarados que lo atropelló", dijo Lisandro Discioscia, otro de sus amigos.
Diego estaba desocupado, pero nunca perdió la alegría. El jueves por la noche fue el cocinero de la última cena que compartió con Enzo Luna, Ernesto Wine y Fabián Pérez en 9 entre 39 y 40; luego de comer ravioles y hacer una extensa sobremesa en la que se habló de motos, pidió un casco prestado, porque ayer pensaba viajar a