Diego es propietario de un kiosco ubicado en la calle 11 entre 158 y 159, emprendimiento al que apostó para sostenerse económicamente aunque no logra realizarlo de manera tranquila por la cantidad de robos que ha padecido.
En la madrugada del sábado sufrió el tercer robo de este mes, se encontró con la puerta forzada de su local por la cual ingresaron los maleantes y se llevaron distintos objetos de valor.
Al respecto, el comerciante reflexionó: “lo positivo es que por suerte sucede cuando no hay nadie”, como una suerte de aliciente frente a lo sucedido
Al consultarle sobre la denuncia policial, reveló: “preferí no hacerla, ya me pasó en otra oportunidad, pierdo dos horas haciendo trámites y nada va a cambiar”, aclarando también que en la zona son muchos los comercios y también han sufrido robos en los últimos meses.
Finalmente cabe aclarar que Diego hace un año que tiene el kiosco y a pesar de estos hechos decidió seguir trabajando.