Tras siete años de “falta de asistencia”, Alejandra, una vecina de calle 133 entre 67 y 68, dio a conocer las complicaciones que padecen en el barrio como consecuencia de la falta de obras y mejorado del espacio público.

En 2013, Villa Argüello fue uno de los barrios más golpeados por la inundación, y a partir de allí los vecinos se organizaron para hacer el mantenimiento, pero al parecer no dan abasto.

“Nosotros estamos pegados al zanjón, las calles no tienen luz, no hay cloacas, y la calle la hizo la gente como pudo tirando dos camiones de tierra por cada frente de vivienda”, describió, señalando que desde el 2013 “no se limpian las zanjas, no hay recolección de basura y cuando llueve se inunda todo”.

Si bien se hicieron los reclamos pertinentes, “las respuestas que conseguimos en su momento por parte de las autoridades del distrito fue que los terrenos son tomados y, por ende, no pueden hacerse cargo”.

Por estos motivos, “seguimos en la misma situación. Esto es tierra de nadie. A las 6 de la tarde en invierno y ya no podés salir y ni hablar si llueve fuerte”, aseveró la frentista, “porque vivimos aislados, y ni los remises ni las ambulancias quieren ingresar en casos de emergencia”.

Por último, mencionó que en dicho lugar, desde hace tres años, funciona el “Comedor Barrial” mediante el cual se colabora con 80 niños y 120 adultos de la zona.

Entonces, “en momentos como este, donde las necesidades están a la orden del día, sería muy importante que contemos con la presencia del Estado, al menos para lo esencial”, cerró.