Caos

Denuncian desidia y falta de empatía en el Hospital Larrain

Ayelen, vecina de la ciudad, se comunicó con FM Berisso Ciudad, para denunciar el maltrato y desatención que sufrió su familia y otros pacientes en la guardia del Hospital Larrain. 

En la tarde de este lunes, Ayelen, vecina de Berisso contó su experiencia en el Hospital Larrain, donde acudió con un familiar con síntomas claros de dengue, tras una advertencia del municipio. La mujer relató que, a pesar de la gravedad de los síntomas de su familiar, la atención fue tardía y desinteresada desde el momento en que llegaron al hospital.

“Nos mandaron del municipio a hacernos un análisis de sangre para ver si tenía dengue un familiar mío, pero al llegar, nos dijeron que no estaban realizando ese estudio. Fue necesario insistir para que al menos, nos tomarán los datos y nos indicarán esperar en la guardia", explicó. Durante su espera, destacó que la situación era caótica, con pacientes graves como una joven con presión arterial extremadamente alta, que tuvo que esperar más de seis horas sin ser atendida.

El clima en la guardia se fue intensificando cuando una madre llegó con su hijo con la cara ensangrentada, tras haber recibido un golpe de un caballo. A pesar de la evidente urgencia, los pacientes y familiares tuvieron que golpear la puerta reiteradamente para que se le prestara atención al chico herido. “El nene estaba con la cara partida, sangrando y tuvimos que insistir hasta que se dignaron a abrirnos la puerta”, relató.

Otro momento de tensión ocurrió con un guardia de seguridad, quien se mostró indiferente ante la situación, respondiendo de manera grosera a las demandas de los pacientes. “Nos gritaba desde la puerta que no íbamos a enseñarle cómo hacer su trabajo. Nunca se levantó de su silla, y su actitud fue completamente inadecuada para la gravedad de la situación”, expresó la vecina.

El maltrato no se limitó a los pacientes, ya que también se reportaron demoras inexplicables. Una joven, que presentaba posibles fracturas en las costillas, tuvo que esperar siete horas para ver a un traumatólogo, mientras que otras personas en la sala de espera permanecían en situación de angustia sin recibir información ni asistencia. “Nos decían que no había personal, que había mucha demanda, pero nadie nos dio respuestas claras”, señaló también.

“La situación no mejoró hasta que nos hicimos escuchar. “Cuando levantamos la voz, el hospital comenzó a moverse. Los médicos empezaron a atender, pero fue necesario llegar a este punto para que se dignaran a responder. Al final, el trato fue aún más brusco”, contó.

Ayelen concluyó su intervención exigiendo que las autoridades del hospital tomen cartas en el asunto y que se mejoren las condiciones para los pacientes: “No queremos que nos traten mal, simplemente pedimos atención humana. Nadie va al hospital porque quiere, sino porque necesita ayuda urgente. Que se haga algo para mejorar la situación, porque no podemos seguir así. No hay que llegar a estas situaciones, pero lamentablemente se llega, porque hay desidia, inoperancia y falta de empatía”, sentenció.

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