En un contexto de creciente incertidumbre en el sistema de salud, Juan Manuel de Rosas, abogado, brindó detalles sobre la situación crítica que enfrentan las clínicas privadas de la región, tras una decisión del PAMI que ha impactado directamente en la atención de sus afiliados.
En una reciente entrevista, Rosas confirmó que tanto diversas Clínicas de la región recibieron cartas documento del PAMI que notificaban la suspensión de la atención de las cápitas asignadas. "Esto es una realidad", afirmó, subrayando la gravedad de la situación: "Desde el primero de septiembre, los afiliados de PAMI no saben dónde serán atendidos, pero no será en las clínicas".
El abogado también expresó su preocupación por el futuro de los jubilados que dependen del PAMI. "Es una noticia altamente preocupante, porque el jubilado, ¿dónde va? ¿No tiene cobertura de nada?", se preguntó, haciendo referencia a la incertidumbre en torno a la atención médica de miles de personas mayores en la región.
En cuanto a la reacción del sistema sanitario público ante este cambio, Rosas señaló que "el hospital cumple otra función", y agregó que sus recursos están destinados a la asistencia de quienes no cuentan con obra social o medios para atenderse en el sistema privado. Sin embargo, alertó sobre una posible saturación del sistema público: "No todos los hospitales tienen la capacidad para absorber 7.000 pacientes más", refiriéndose a la cantidad de afiliados que han quedado sin atención en Berisso y Ensenada.
Uno de los puntos más críticos que destacó Rosas fue la falta de comunicación clara por parte de las autoridades. "A mí me dejaron con cápitas cero, pero sigo siendo prestador del PAMI", explicó, lo que ha generado confusión entre los afiliados sobre qué servicios pueden seguir recibiendo en las clínicas afectadas. "El afiliado no sabe a qué se puede venir a la clínica y a qué no", expresó con preocupación.
Finalmente, Rosas indicó que, aunque las consultas y algunos servicios de alta complejidad aún pueden ser realizados, la suspensión de las cápitas afecta gravemente la atención de los pacientes. "La alta complejidad sigue funcionando, pero cuando le sacan la cápita, es todo", concluyó.
Este panorama deja en evidencia una situación crítica tanto para los trabajadores de las clínicas como para los jubilados que dependen del PAMI, mientras que la saturación del sistema público parece inevitable si no se revierte esta medida.