El Gimnasio Municipal de Berisso fue escenario de un emotivo reconocimiento a la trayectoria de la Escuela de Boxeo dirigida por Juan Carlos Fiora y su hijo Roberto. Con 25 años de dedicación a formar atletas y construir valores, ambos entrenadores compartieron sus reflexiones sobre esta importante etapa de sus vidas.
"Esto lo hacemos a pulmón"
Juan Carlos Fiora, con más de 48 años de experiencia en el mundo del boxeo, expresó su felicidad por este logro. "Llegar a los 25 años es una alegría tremenda. A veces pierdo cosas de mi familia por estar acá; nunca me fui de vacaciones, pero lo hago porque me gusta, lo siento. Ver a los chicos contentos es lo que me llena de felicidad", señaló emocionado.
El entrenador recordó los inicios de la escuela y el esfuerzo que implicó mantenerla. "Todo lo que conseguimos fue a pulmón. Desde las máquinas hasta las herramientas del gimnasio, todo lo logramos poco a poco, año tras año", destacó.
"Esto me llena de vida"
Roberto, su hijo y compañero en esta travesía, también compartió sus emociones. "Son 25 años acá en el gimnasio, pero venimos de antes, casi 30 años juntos. La alegría de ver a la gente que nos acompaña es inmensa", comentó.
Cuando se le preguntó sobre el futuro y hasta cuándo continuaría trabajando, Roberto respondió con una sonrisa: "Eso no te lo puedo asegurar. Cuando el cuerpo me diga basta, pero hasta ahora sigo feliz. Aunque tuve un problema de salud hace poco, lo único que quería era volver al gimnasio. Esto me llena de vida".
Un espacio de valores y contención
Ambos coincidieron en que la Escuela de Boxeo no es solo un lugar para entrenar, sino un espacio de aprendizaje y apoyo para los jóvenes de la comunidad. "Hemos trabajado con cientos de chicos a lo largo de los años. Nos hace muy felices saber que no solo les enseñamos boxeo, sino que también les brindamos valores y contención", destacó Juan Carlos.
El reconocimiento por sus 25 años de trabajo es un testimonio del impacto que Juan Carlos y Roberto han tenido en Berisso, no solo en el ámbito deportivo, sino también en la vida de quienes pasaron por su gimnasio. Con pasión y esfuerzo, padre e hijo continúan construyendo un legado que trasciende el ring.
