El primer informe de la necropsia del cuerpo de la odontóloga Gisella Solís, de 47 años, indicó que no fue baleada, golpeada, apuñalada o ahorcada, por lo que bajo la sospecha de que fue envenenada, se esperan los resultados de los estudios complementarios toxicológicos, informaron fuentes judiciales.
El hallazgo del cuerpo de Gisella que llevaba dos semanas desaparecida, logró confirmar la principal sospecha: que su pareja, el empleado de IOMA Abel Casimiro Campos, de 55 años, ocupó un rol fundamental para su muerte, ya que su camioneta amarilla fue captada por las cámaras de seguridad en el Camino Negro que une Villa Elisa con Punta Lara, lugar donde la mujer fue encontrada enterrada.
Abel Campos pasaba con su camioneta X-Terra amarilla para plantar el cuerpo de Gisella Solis (47) el pasado 16 de enero a las 13.36 en el llamado Camino Negro, cerca de la bajada de Villa Elisa. pic.twitter.com/2zZLKdRcLe
— Fernando Tocho (@nandotocho) 29 de enero de 2019
La investigación del caso está a cargo de la fiscal Ana Medina y la DDI La Plata, cuyo titular es Néstor Muñoz. Ellos saben que Campos se presentó en la casa de Gisella, en el barrio berissense de Villa Argüello, a las 0.15 del miércoles 16 de enero pasado, y que luego de eso se perdió contacto con Solís.
¿Qué pasó esa noche – madrugada? Lo que se sabe es que Gisella había comprado pan y fiambre en un almacén del barrio cerca de las 20.30 del 15 de enero y que en la mesa de la casa había dos copas con vino.
Se sospecha que pudo haber habido una discusión de orden pasional. Es que Gisella había descubierto tres meses antes, luego de ocho años de relación, que Campos estaba casado y seguía con su esposa en la localidad bonaerense de Lobería.
¿Un ultimátum letal? Para algunos investigadores ese podría haber sido el catalizador del femicidio, pero el suicidio de Campos, el domingo 20 de enero en un hotel de la zona de 14 y 49, se llevó a la tumba esa duda.
Respecto a cómo fue la mecánica de muerte de Gisella, se sabe que no recibió golpes, disparos o puñaladas, ni tampoco fue asfixiada. La principal hipótesis ronda entonces en un envenenamiento. Campos, cuando se pegó un tiro con una carabina, tenía en la mesa de luz un insecticida letal para pulgones que dañan plantas cítricas. Y en el baño de la casa de Gisella se hallaron restos de vómitos.
Pero el análisis del vino incautado de la vivienda de la odontóloga indicó que no había veneno alguno. Ahora se buscará determinar si alguna sustancia letal ingresó al cuerpo de la odontóloga de alguna otra manera.
Los médicos forenses no detectaron "signos de defensa ni de estrangulamiento", y tampoco de asfixia, por lo que cobra fuerza la hipótesis del envenenamiento, aunque esto se esclarecerá con los análisis toxicológicos e histopatológicos, añadieron los mismos informantes.
El jefe de la policía bonaerense, Fabián Perroni, indicó este martes que se pudo llegar a donde estaba enterrado el cadáver a partir del análisis de las cámaras de seguridad municipales que captaron los recorridos de la camioneta amarilla de Campos el día en que Solís Calle fue vista con vida por última vez.
El hallazgo se produjo el martes a la mañana durante un rastrillaje realizado en el denominado Camino Negro (ex ruta 19), a unos 2800 metros de la bajada de Villa Elisa de la Autopista Buenos Aires-La Plata, en sentido al Río de la Plata, en jurisdicción de Ensenada.
Los efectivos llegaron hasta ese lugar tras recibir información a través de un llamado al 911 y determinaron que el cuerpo estaba envuelto en sábanas y enterrado a la vera de dicho camino, cerca del cauce del arroyo Miguelín.
Desde un primer momento, los policías sospecharon que las sábanas que envolvían el cadáver eran las que faltaban de la casa de la odontóloga desaparecida, por lo que convocaron a los familiares de esta para que lo reconocieran.
Poco antes del mediodía se trasladó hasta el lugar Mariela, al igual que el superintendente Perroni, la fiscal de la causa, Ana Medina, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 del Departamento Judicial La Plata, y los peritos de la Policía Científica.
"Encontramos a Gisella, gracias por acompañarnos, la quería encontrar viva y la encontré muerta, este desgraciado (por Campos) mató a mi hermana, y ha desmembrado a mi familia", dijo la hermana a la prensa al retirarse del área rastrillada.
La hermana de la víctima agradeció el trabajo realizado por la policía y la fiscal Medina y consideró que "hicieron un buen trabajo".
Luego, Perroni hizo un análisis de los días de búsqueda de la odontóloga y recordó que "el área de búsqueda era muy grande" porque Campos había andado "por varios lugares" y "varias ciudades", y "en principio la búsqueda era incierta porque no había hechos puntuales".
A pesar de ello, el jefe policial destacó que "rápidamente se analizaron teléfonos, cámaras de seguridad de La Plata, de Ensenada y de todos los municipios donde esta persona andaba con su camioneta, donde vivía y donde vivía Gisella".
"Hubo un montón de llamados al 911, algunos inciertos que no daban ningún aporte fehaciente y otros que había que chequearlos, pero a esto se llegó a través del análisis de las cámaras", detalló Perroni, quien agregó que esas imágenes fueron tomadas el mismo 16 de enero.
Otra fuente de la investigación precisó que en total, el paso de la camioneta de Campos fue tomado por 30 cámaras de seguridad municipales distintas, y esa cantidad hizo que a los peritos les demandara muchos días reconstruir todos los posibles recorridos, uno de éstos el de la bajada de la autopista por Villa Elisa hacia el Camino Negro, el cual quedó registrado a las 13.36 de aquel miércoles 16 de enero.
En base a esa imagen y otras tres a las que accedió la prensa local, los investigadores creen que en ese horario el sospechoso trasladó el cuerpo hasta donde fue hallado y que a las 14.25 inició el viaje de regreso hacia el centro de La Plata.