Llegó el domingo y el amor que brinda el comedor “Caritas Felices”, ubicado en calle 163 N° 2350 entre 25 y 26, se transformó en el foco de todo el barrio donde los niños y niñas no tardaron en llegar para recibir su premio.
Este lugar funciona desde el inicio de la cuarentena y su principal motor es la enfermera del Hospital Larraín Rita Badía quién abrió las puertas de su casa para sostener a 35 familias, unas 150 porciones de comida, que se vieron sumamente perjudicadas por la pandemia.
A pesar de la falta de ingresos y sin ayuda del Estado Rita, acompañada por grupo de voluntarios, se las arregló para iniciar los preparativos y festejar el Día de la Niñez.
Así, y en la puerta de su vivienda, instaló un tablón que decoró con pochoclos, caramelos y regalos que fueron destinados a todos los peques que pasaban por la cuadra.
Las donaciones las hizo una médica del Hospital, la doctora San Román, y allegados que hicieron alfajores, juntaron golosinas, juguetes, globos, galletitas y chocolatada.
En entrevista con BerissoCiudad, Badía resaltó que “durante toda la jornada, a cada niño o niña que pasaba por este lugar se les dió todo lo que teníamos a mano sin preguntarle nada, porque el único objetivo fue que tuvieran un día feliz”.
“Quizás la gente se pregunte por qué decidimos abrir este espacio, y yo les digo que nací en Barrio Obrero y sé lo que es acostarse a dormir con la panza vacía”, mencionó la referente, “y yo pienso que ningún chico tendría que pasar por esto”.
“Por eso luchamos para que ellos estén mejor y para que sus padres puedan tener un trabajo, juntando entre todos lo que más se puede, para salir adelante”, concluyó sumamente emocionada por la situación, pero agradecida por el apoyo incondicional de sus compañeros.