Desde la ONG Nuevo Ambiente ya hemos mostrado la preocupación por las embestidas de sectores privados que pretenden instalar un crematorio en zonas urbanas, siendo ello un serio perjuicio para la salud de los vecinos en beneficio de un particular.
Recordamos, como es de público conocimiento que desde hace unos meses un empresario de Berisso pretendió instalar un crematorio en pleno barrio céntrico donde funciona la casa de velatorios, hasta ya había comenzado a reformar la propiedad para su instalación, lo que fue rápidamente rechazado por los vecinos de la zona, pero eso no fue escuchado por los concejales que permitieron con su voto la instalación del crematorio, que ahora autorizaron habilitarlo en el cementerio. Trasladaron la futura contaminación a otro barrio.
Más allá de que los autores de la iniciativa pretendan argumentar que estos hornos poseen las mejores tecnologías, la contaminación existirá, y los habitantes de esta región tenemos bastante experiencia en ello ya que no sólo somos testigos, sino también víctimas de los claros ejemplos referidos a la contaminación aérea con la presencia del Polo Petroquímico, cuyas empresas también argumentan utilizar la “mejor tecnología a favor del medio ambiente”, pero ello no se condice con la realidad ya que se perciben fácilmente las sustancias aromáticas en Berisso y Ensenada que son altamente contaminante, sumado a la la falta de control del Organismo Provincial de Desarrollo Sostenible (OPDS) y la complicidad de los municipios para no controlar.
No podemos dejar de citar un estudio de impactos realizado por la Fundación para el Medio Ambiente (FUNAM) presidida por el prestigioso licenciado Raúl Montenegro que en uno de sus párrafos advierte que: “es importante destacar que la operación de los crematorios genera cócteles de contaminación equiparables a los que descargan incineradores de residuos patógenos e industriales. Aunque disminuye la variabilidad total de las sustancias involucradas, la cremación, cualquiera sea la tecnología utilizada, descarga al ambiente dioxinas, furanos, cloruro de hidrógeno, mercurio, cadmio, plomo, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono y partículas de distinto diámetro (PM>10 y PM<10)”.
Según Iván Álvarez Comunas, del Gabinete de Salud Laboral del UGT, de Asturias (España), los crematorios producen descargas de “dioxinas, furanos, hexaclorobenceno e incluso bifenilos policlorados”.
Asimismo recordaron desde Nuevo Ambiente que también el Convenio de Estocolmo incluye a los crematorios como lugares a controlar atento la emisión de dioxinas.
La mayor sospecha también surge por apreciaciones de algunos entendidos, en donde advierten que la rentabilidad de funcionamiento y mantenimiento de un crematorio para cadáveres solamente, no sería rentable para los inversores, aunque el crematorio involucre a la región, a pesar que plantean que el costo de una cremación oscila entre los $ 700 a $ 1200 esto no es exacto ya que en Berazategui el costo es de $ 500 y la pregunta es por qué lo harán en Berisso si el servicio es más costoso, y por otro lado existen serias sospechas que la cremación se extiendan a otras clases de residuos como por ejemplo el patológico, que en ese caso intentaran hacerlo para solventar los costos de funcionamiento.
En caso de ser tan indispensable la colocación de un crematorio, también existen posiciones que pueden ser entendibles y más razonables que recomiendan que los crematorios de cadáveres deberían estar instalados a una distancia no menor de 3 o 4 kilómetros de las zonas urbanas o residenciales, por lo que los intentos de radicarlos tanto en el cementerio de Berisso, no es racional y los concejales que votaron la iniciativa favorablemente no tienen ni idea el daño ambiental y sanitario que provocará en la población, por lo que consideramos un acto irresponsable para un funcionario.